👩👧 Ana Obregón, actriz y presentadora icónica de la televisión española, volvió a conmover a España al hablar con franqueza sobre la crianza de Anita Sandra, la niña que gestó a través de un vientre de alquiler en Miami utilizando el esperma congelado de su hijo fallecido, Aless Lequio.
💬 “Estuve muerta tres años, desde la muerte de Aless hasta que nació Anita”, confesó en una entrevista con la revista ¡Hola! al celebrar el segundo cumpleaños de la pequeña. Obregón, que hoy tiene 70 años, afirma que Anita le devolvió las ganas de vivir tras la pérdida devastadora de su único hijo a causa de un cáncer agresivo a los 27 años.
🧬 La historia generó un debate nacional desde que salió a la luz en 2023, cuando se supo que Anita fue concebida con un óvulo donado y el material genético de Aless, convirtiéndose así en nieta biológica de Ana, aunque legalmente es su hija. La actriz aclaró que su motivación fue “cumplir el deseo” de su hijo, quien —según ella— soñaba con ser padre.
🏠 En la actualidad, ambas viven en La Moraleja, una exclusiva zona al norte de Madrid. Ana reveló que aún no ha tocado nada en la habitación de su hijo: “Hasta ahora hemos estado de okupas en el cuarto de su papá”, escribió en sus redes sociales. “No he sido capaz de abrir su maleta del hospital”.
❤️ “Ahora soy dueña de mi resurgimiento”, declaró con emoción. Y frente a las críticas por haber recurrido a una gestación subrogada —práctica ilegal en España— respondió: “Se puede juzgar a las personas, pero es imposible vivir sin empatía. Cuando las madres se pongan en mi alma, en mi dolor… entenderán”.
👵 También se ha cuestionado su edad, pero Obregón se muestra decidida: “Sé que Anita no tendrá padre, pero sí tendrá un amor inmenso y un legado. Mi nieta es la continuación de mi hijo”.
🔎 Curiosidad: Ana Obregón no es la única en desafiar la biología y las normas sociales: en 2019, una mujer china de 67 años fue noticia por dar a luz de manera natural, y en 2021, una estadounidense de 61 años gestó el hijo de su propio hijo gay y su pareja. La ciencia y el amor familiar están rompiendo barreras que, hasta hace poco, parecían impensadas.