Una periodista de Mendoza usó cascos fríos durante la quimioterapia y evitó la caída de su pelo

La periodista gastronómica Romina Terranova, de 38 años, quiso mostrar a través de sus redes sociales su experiencia con los cascos fríos para dar a conocer este invento que le permitió conservar su pelo durante un tratamiento con quimioterapia.

“Apenas me enteré que me tenían que hacer quimio se me vino el mundo abajo porque no escuché más que la palabra quimioterapia y dije chau pelo. Lo comenté con una amiga y me dijo que una amiga suya estaba haciendo un tratamiento nuevo que es con cascos fríos. Para mí hoy esa chica es una hermana. “, contó Romina a Diario UNO.

La joven que estaba terminando la quimio, le comentó a Romina de Paula Estrada, una mujer de Buenos Aires que inventó los cascos fríos y han llegado a España. Paula empezó a estudiar sobre el tema y se dio cuenta que congelando el folículo piloso antes y después de empezar a pasar la medicación, lograba que no toda droga pasara por la cabeza y evitaba la caída del pelo.

Romina Terranova conduce Un bocado por Canal 7.

Romina Terranova conduce Un bocado por Canal 7.

Foto: Romina Terranova

Romina comenzó a investigar y decidió aceptarle los cascos a la amiga de su amiga y los reamó a su cabeza. Se puso en contacto con las chicas de quimioconpelo.mendoza, que es una red solidaria que busca ayudar a todas las personas que están empezando con quimioterapia sin ningún fin más que apoyarse y desde ese momento forma parte de esa red.

“Cuando me dieron el diagnóstico de cáncer de mama me fui a Buenos Aires a que me viera Reinaldo Chacón me dijo que allá hay máquinas, pero es muy costoso. Un casco vale más o menos $2.000 y está compuesto de cinco geles, tres grandes y dos chicos”, dijo Romina.

La periodista dijo que para ella saber que no iba a perder el pelo “fue todo” pero no por lo estético, sino porque se evitó la mirada de compasión de la gente. “Yo tengo hijas chicas y que no me reconocieran, que dijeran que estoy enferma era lo peor y yo ya no estoy enferma porque ya no tengo cáncer, me operaron y tengo que hacer tratamiento preventivo. Me queda la última quimio que es el próximo martes”, añadió.

Quienes estén interesados en colaborar para que las personas que no tengan los recursos necesarios puedan tener sus cascos, pueden comunicarse vía Instagram a quimioconpelo.mendoza para que les den la información de dónde hacer la compra y luego ellos se encargan de distribuirlos y enseñarles a armarlos. Romina contó que ella misma compró cascos fríos para otra joven que no tenía los medios.

La periodista dijo que para ella saber que no iba a perder el pelo

La periodista dijo que para ella saber que no iba a perder el pelo “fue todo” pero no por lo estético, sino porque se evitó la mirada de compasión de la gente.

Foto: Romina Terranova

Cómo es el procedimiento de los cascos fríos

Romina destacó que lo más importante es consultarle al oncólogo si se puede usar porque no son aptos para todos los casos, por ejemplo si la persona tiene metástasis en la cabeza, se evitaría que la medicación llegue al lugar que hay que tratar.

Luego obtener la autorización del oncólogo, hay que conocer el tiempo que tarda la sesión porque los cascos se cambian cada media hora. “Mi sesión ahora dura dos horas, entonces necesito cuatro cascos, más otro media hora antes de empezar, aunque yo lo empiezo a usar una hora antes y dos luego de que termina la quimio. Es decir, que yo uso ocho. Me ha pasado que he tenido sesiones más largas y por eso siempre llevo de más”, contó Romina.

Lo más importante es que los cascos estén las 48 horas previas a la quimio congelados a -21° sin perder frío. La joven de 38 años dijo que ella los guarda en un freezer grande y luego los pone en una heladerita llenos de hielo para trasladarlos.

Romina y su hermana, Ivana Terranova.

Romina y su hermana, Ivana Terranova.

Foto: Romina Terranova

“Necesitas una persona que te acompañe a las quimioterapias porque solo no lo podés hacer porque tenés un brazo inmóvil, es toda una logística. Les he puesto números y cada vez que mi marido me cambia el casco lo anotamos en un grupo que hicimos que se llama “La quimio me la como” y ponemos un temporizador a los 28 minutos porque se demora dos minutos en darle forma al casco con la mano”, explicó la periodista de Canal 7.

Otro de los puntos fundamentales que Romina destacó para que los cascos fríos funcionen es que hay usarlo desde la primera y hasta la última quimioterapia porque el pelo se cae a los 15 días de la primera y si se usa desde la segunda, no funciona.

“No es fácil bancarse los cascos porque da muchísimo frío, yo me llevo buzos, mantas, bolsas de agua caliente. Pero lo primero que te causa es una sensación de mareo y dolor de cabeza hasta que se congela”, afirmó.