Un movimiento sin precedentes está dando de qué hablar en el conflicto entre Rusia y Ucrania: 10.000 soldados de élite norcoreanos han sido enviados a Rusia para entrenarse y ya algunos están siendo desplegados en el combate. Esta intervención de Corea del Norte en una guerra ajena, lejos de la península coreana, marca un claro refuerzo a las fuerzas rusas de Vladimir Putin en medio de una creciente cooperación militar entre Moscú y Pyongyang.
Los soldados enviados incluyen a las fuerzas especiales del conocido “Cuerpo de Tormenta”, una unidad altamente entrenada en infiltración y combate táctico que durante décadas ha sido preparada para misiones de ataque a Corea del Sur. Según la inteligencia surcoreana, estos soldados reciben el mejor equipo que Corea del Norte puede proveer y están especializados en misiones de reconocimiento, francotiradores y ataques sorpresa, aunque se les considera menos equipados tecnológicamente comparados con las fuerzas de élite de otras naciones. Las unidades de operaciones especiales norcoreanas, formadas por más de 200.000 efectivos, representan un recurso crucial para la defensa y la ofensiva de Kim Jong Un, especialmente en esta nueva alianza estratégica con Rusia.
Este refuerzo norcoreano llega en un momento clave para Rusia, cuyas tropas han perdido terreno ante la ofensiva ucraniana en la región de Kursk, área donde se cree que el contingente norcoreano está siendo desplegado. La presencia de soldados norcoreanos podría apuntalar las defensas rusas en un sector donde la resistencia ucraniana ha escalado, y hasta el momento se estima que el despliegue incluye no solo fuerzas de combate sino también personal de apoyo en logística, municiones y comunicaciones.
Por su parte, la OTAN ha señalado que la introducción de fuerzas norcoreanas representa una “peligrosa expansión” del conflicto que podría intensificar la tensión en Europa y Asia. Y, aunque Corea del Norte rara vez se involucra en conflictos externos, en esta ocasión se alinea de lleno con Rusia, en lo que algunos analistas sugieren es parte de un tratado de defensa firmado en junio, el cual establece asistencia militar en caso de “invasión armada”.
Según informes recientes, el régimen de Kim recibiría unos 2.000 dólares mensuales por cada soldado desplegado, un monto muy significativo para los estándares norcoreanos, mientras que a cambio los soldados obtendrían experiencia en combate real, algo que muchos están viviendo por primera vez.