En un duelo que mantuvo a los aficionados al filo de sus asientos, Estudiantes se alzó como el campeón indiscutible de la Copa de la Liga Profesional 2024, al superar en una definición por penales por 4 a 3 a Vélez Sarsfield. El encuentro, que culminó en un empate 1 a 1 durante los 120 minutos reglamentarios, fue testigo de momentos épicos que quedarán grabados en la memoria de los hinchas.
El Estadio Único Madre de Ciudades, en Santiago del Estero, fue el escenario donde se forjó la historia para el Pincha, que conquistó así su decimoquinto título en su rica trayectoria futbolística. El choque mantuvo a los seguidores de ambos equipos en vilo desde el pitido inicial, con acciones que mantuvieron la incertidumbre hasta el último minuto.
Desde el inicio, el encuentro prometía emociones fuertes. Apenas transcurridos 13 minutos del primer tiempo, Edwuin Cetré, en una jugada magistral, habilitó a Eros Mancuso, quien con un potente remate de derecha batió la resistencia del arquero rival, Tomás Marchiori, para adelantar a Estudiantes en el marcador con un contundente 1 a 0.
Sin embargo, Vélez no se amilanó ante la adversidad y buscó la igualdad con ahínco. Fue así como, en la segunda etapa, Alejo Sarco, con una definición precisa tras un pase magistral de Thiago Fernández, logró el ansiado empate para el Fortín, desatando la algarabía entre sus seguidores y dejando todo abierto en el encuentro.
El drama se hizo aún más intenso cuando Damián Fernández, en una jugada desafortunada, vio la tarjeta roja tras un codazo sobre Cetré, dejando a Vélez con un jugador menos en el campo. Más tarde, la expulsión de Gastón Benedetti por una falta sobre Francisco Pizzini, también conllevó la inferioridad numérica para el equipo de Liniers.
Con el marcador igualado, la definición por penales se tornó inevitable. Fue entonces cuando la figura de Matías Mansilla, el arquero de Estudiantes, brilló con luz propia al detener tres remates clave a los jugadores de Vélez: Joaquín García, Santiago Cáseres y Álvaro Montoro. La hazaña de Mansilla, quien ya se había destacado en las semifinales ante Boca, fue fundamental para que el Pincha se alzara con la victoria.
A pesar de las atajadas de Mansilla, el suspenso se mantuvo hasta el último instante, ya que Tomás Marchiori, guardameta de Vélez, también se erigió como un muro infranqueable al detener dos penales de Estudiantes, ejecutados por Mancuso y Santiago Ascacibar.
Finalmente, con la precisión en los remates de Pablo Piatti, Javier Correa, Edwuin Cetré y Fernando Zuqui, Estudiantes logró asegurar su triunfo en la definición por penales y sellar su consagración como campeón de la Copa de la Liga, desatando la euforia entre sus seguidores y dejando una vez más su huella imborrable en la historia del fútbol argentino.