En un contexto donde el trabajo de oficina y las largas horas frente a pantallas son cada vez más frecuentes, el yoga en silla se presenta como una opción simple y eficaz para mejorar tanto la salud física como mental. Aunque se ha asociado tradicionalmente a personas mayores, esta práctica ha ganado popularidad entre personas de todas las edades, debido a sus movimientos suaves que, según expertos, pueden tener un impacto notable en la salud general.
Stacie Dooreck, instructora certificada de yoga en Larkspur, California, ha enseñado yoga en silla en numerosas empresas del área de la Bahía. Aunque muchos perciben esta práctica como un ejercicio ligero, Dooreck afirma que los beneficios son profundos: mejora la flexibilidad, corrige la postura y previene lesiones por movimientos repetitivos, como el síndrome del túnel carpiano. Además, aumenta la concentración y la energía. “Es seguro para todas las edades y puede ser muy suave”, explicó a New York Post.
La flexibilidad juega un papel clave en esta práctica, ya que los músculos tensos dificultan las actividades diarias, algo que el sedentarismo laboral agrava aún más. Aunque la pérdida de flexibilidad es un proceso natural con el paso del tiempo, el yoga en silla puede ayudar a ralentizarlo, contrarrestando los efectos de estar sentado durante horas.
Cómo empezar con el yoga en silla
Lo más atractivo del yoga en silla es que no se necesita mucho tiempo para sentir sus beneficios. Según Dooreck, tan solo cinco minutos al día pueden hacer una diferencia. “Es mejor hacer cinco minutos de yoga en silla a diario que practicar una hora una vez por semana”, señaló. La clave está en crear un hábito, y una vez que se sienten las mejoras físicas, es natural querer continuar.
Para quienes están empezando, Dooreck recomienda algunos movimientos básicos:
- Calentamiento: sentado en el borde de la silla, mueve las manos y pies en círculos para preparar las articulaciones.
- Postura del gato-vaca: inhala levantando la barbilla y abriendo el pecho; exhala redondeando la columna.
- Flexiones laterales: levanta un brazo y estíralo hacia el lado opuesto, alternando entre ambos lados.
- Torsiones: gira el torso hacia un lado y mantén la posición por algunas respiraciones, luego repite hacia el otro lado.
- Inclinación hacia adelante: con los pies bien apoyados en el suelo, entrelaza los dedos, levanta las manos y dóblate hacia adelante hasta que el pecho toque las rodillas.
Energía mediante hábitos saludables
Otro aspecto importante para mejorar la salud física y mental durante el día laboral es mantener hábitos energizantes. Según un artículo de Today, comenzar el día con algunas posturas de yoga puede aumentar el flujo sanguíneo hacia la cabeza, proporcionando un impulso de energía.
Para reducir el estrés de manera rápida, la meditación es una excelente opción. No hace falta meditar por largos periodos; Business Insider destaca que tan solo cinco minutos al día pueden tener un gran impacto. El médico Ariel Banayan comenta que desconectar la mente durante cinco minutos puede transformar tu jornada.
Hacer ejercicio poco después de despertarse también puede contribuir a perder peso y aumentar la energía. Banayan sugiere que ejercitarse antes del desayuno, aunque sea por unos minutos, trae beneficios tanto físicos como mentales.
Jack Groppel, vicepresidente de Ciencias Aplicadas y Capacitación en Rendimiento en Wellness & Prevention, destaca en Forbes que pequeñas pausas activas durante la jornada pueden mejorar la energía, el compromiso y la eficiencia. No se trata de largas sesiones de ejercicio, sino de moverse periódicamente, como levantarse o caminar por la oficina. Incluso un minuto de actividad puede hacer la diferencia.