Ya son cinco los casos de viruela de mono registrados en el país

El Ministerio de Salud de la Nación informó este jueves que se han confirmado cinco casos de viruela del mono en Argentina. Además, reportó que hay un total de 39 casos notificados, de los cuales 24 ya han sido descartados y 10 están bajo investigación.

Entre los cinco casos confirmados, tres personas habían viajado a África, uno está siendo investigado y el quinto caso no tiene un rastro epidemiológico claro, ya que no parece haber tenido contacto con personas infectadas ni haber estado en África.

El miércoles pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria a nivel internacional debido a la propagación del brote de viruela del mono en varios países, lo que ha aumentado las preocupaciones sobre su contagio. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó: “Hoy se reunió el Comité de Emergencia y me comunicó que, en su opinión, la situación constituye una emergencia de salud pública de alcance internacional. Acepté esa recomendación. Es una situación que debería preocuparnos a todos”.

Desde enero de 2022, se han confirmado 38.465 casos de viruela del mono a nivel mundial, con un total de 1.456 muertes. Según datos de África CDC publicados la semana pasada, se ha registrado un aumento del 160% en los casos durante 2024 en comparación con el año anterior.

Viruela del mono: ¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la viruela del mono son similares a los de la viruela, pero generalmente son más leves. Comienzan con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos y fatiga, seguidos de inflamación de los ganglios linfáticos.

Es común desarrollar una erupción que usualmente comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, especialmente en las manos y los pies. Con el tiempo, la erupción pasa por varias etapas antes de formar una costra y finalmente desaparecer.

¿Cómo se propaga la viruela del mono?

La viruela del mono se propaga de las siguientes maneras:

  • Contacto con ropa usada por una persona infectada, como ropa de cama o toallas.
  • Contacto directo con lesiones o costras en la piel de la persona infectada.
  • Inhalar gotitas respiratorias de una persona contagiada que tose o estornuda.