A medida que las personas envejecen, aumenta la probabilidad de padecer ciertas enfermedades relacionadas con el funcionamiento del cerebro, siendo una de las más conocidas la demencia senil.
La demencia senil se caracteriza por la pérdida de funciones mentales significativas que afectan las actividades de la vida diaria, incluyendo la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento.
A partir de los 60 años, es común que algunas personas experimenten dificultades para aprender cosas nuevas o incluso olviden tareas de su rutina diaria. Estos pueden ser signos de un deterioro cognitivo leve. Sin embargo, los problemas graves de memoria y cognición se manifiestan cuando una persona comienza a tener dificultades para llevar a cabo actividades cotidianas esenciales, como conducir, orientarse en lugares familiares o reconocer el tiempo y las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas, incluyendo al 8,1% de las mujeres y al 5,4% de los hombres mayores de 65 años, padecen demencia senil. Aunque no existen soluciones milagrosas para prevenir o curar la demencia, diversos estudios han sugerido que algunos hábitos pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollarla en el futuro.
El neurólogo Marc Milsten ha enumerado siete consejos para mantener el cerebro en óptimas condiciones y preservar la salud mental:
Controlar la presión arterial y los niveles de colesterol para prevenir enfermedades cardiovasculares que puedan afectar el cerebro.
Mantener niveles adecuados de azúcar en sangre, evitando el exceso de azúcar y optando por alimentos con azúcares naturales.
Priorizar el sueño y dormir unas 9 horas al día, estableciendo una rutina de sueño y evitando el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.
Seguir una dieta equilibrada que incluya pescados grasos, aguacates, nueces, arándanos y verduras crucíferas como el brócoli y la col rizada.
Dejar de fumar, ya que fumar aumenta significativamente el riesgo de desarrollar demencia.
Mantener conexiones sociales fuertes y relacionarse con otras personas, lo que puede ayudar a preservar la memoria.
Aprender nuevas habilidades y adquirir conocimientos nuevos para estimular el cerebro y crear nuevas conexiones neuronales.
Estos consejos pueden contribuir a mantener la salud mental a medida que las personas envejecen y reducir el riesgo de demencia senil, aunque es importante recordar que no existe una garantía absoluta y que la genética y otros factores también desempeñan un papel en la salud cerebral.