Romance en tiempos de ghosting: ¿es posible el amor real en la era digital?

“Un buen hombre te hará feliz y un mal hombre te tendrá preguntándole a ChatGPT por qué se comporta así.”
— Tuit viral

En un mundo hiperconectado, donde las relaciones se inician con un match y pueden terminar con un simple “visto”, el amor enfrenta nuevos desafíos.
El fenómeno del ghosting —desaparecer sin dar explicaciones— se ha vuelto una práctica común, dejando a muchas personas con emociones no resueltas y preguntas que ni la inteligencia artificial puede responder con certeza.

El ghosting no solo implica el fin abrupto de una conexión, sino que también puede tener consecuencias emocionales profundas. La falta de cierre genera incertidumbre, rechazo, ansiedad y, en muchos casos, una caída en la autoestima.

Según expertos en psicología, esta práctica puede activar mecanismos de apego y abandono que afectan a largo plazo, especialmente cuando se repite en varios vínculos.

¿Por qué se recurre al ghosting?

Las apps y redes sociales han facilitado tanto la conexión como la evasión. Muchas personas desaparecen simplemente porque “no saben cómo decir que no”, evitan el conflicto o no se sienten listas para comprometerse.
Pero esta evasión también refleja un síntoma de la época: vínculos líquidos, poco responsables y una baja tolerancia al malestar emocional.

Practicar la comunicación honesta, establecer límites claros y sostener vínculos con empatía y responsabilidad afectiva es clave. El ghosting, el breadcrumbing, el orbiting y otras nuevas formas de evasión no son solo términos de moda, son señales de cómo nos estamos relacionando… y cómo podemos elegir hacerlo mejor.

El amor real no está extinto, pero sobrevivir en la jungla emocional del siglo XXI requiere coraje, conversación y mucha claridad. Y si te encontrás preguntándole a ChatGPT por qué alguien se comporta así… tal vez ya sepas la respuesta.