El rover Perseverance halló en rocas del cráter Jezero minerales que podrían ser biofirmas de microorganismos pasados. La muestra “Cañón Zafiro” ofrece la evidencia más clara hasta ahora de que Marte pudo haber albergado vida. El hallazgo reaviva la carrera por traer esas muestras a la Tierra, en un contexto de competencia científica y política internacional.
Un hallazgo histórico en el planeta rojo
Desde 2021, el rover Perseverance recorre el cráter Jezero en busca de huellas químicas y geológicas de vida. En julio de 2024, recolectó la muestra llamada Cañón Zafiro, que contiene fosfato y sulfuro de hierro posiblemente generados por procesos biológicos. Tras un año de análisis, los científicos concluyeron que no hay otra explicación convincente más allá de la actividad de microorganismos antiguos.
Sean Duffy, administrador interino de la NASA, lo definió como “la señal de vida más clara que hayamos encontrado en Marte”. Joel Hurowitz, investigador principal del estudio, explicó que minerales como vivianita y greigita suelen formarse en la Tierra como resultado del metabolismo microbiano.
Precaución y posibilidad
A pesar de la emoción, los expertos insisten en ser cautos: procesos químicos no biológicos podrían haber originado estos compuestos en ausencia de vida. Por eso, la confirmación definitiva depende del retorno de muestras a la Tierra, donde podrán analizarse con mayor precisión.
Las 30 muestras almacenadas por Perseverance representan un catálogo invaluable de la historia marciana. Entre ellas, las extraídas en Bright Angel muestran texturas y firmas químicas que refuerzan la hipótesis biológica.
El desafío del retorno
La NASA enfrenta retrasos y falta de financiamiento en la misión Mars Sample Return, que busca traer a la Tierra los tubos recolectados por Perseverance. La misión, valuada en miles de millones de dólares y desarrollada en conjunto con la Agencia Espacial Europea, podría demorarse hasta 2040.
Mientras tanto, China planea su propio proyecto de retorno entre 2028 y 2030, lo que abre un escenario de competencia geopolítica en la carrera espacial.
El valor de las muestras
Confirmar que Marte albergó vida microbiana transformaría nuestra comprensión del universo y de nuestro propio origen. Cada roca analizada —desde Cheyava Falls hasta Sapphire Canyon— revela interacciones entre agua, minerales y compuestos orgánicos que ofrecen pistas sobre un planeta rojo más cálido y húmedo en el pasado.
Hurowitz lo resumió así: “Sería increíble demostrar que algo estuvo vivo en otro planeta hace miles de millones de años, o comprobar hasta qué punto la naturaleza puede imitar la vida”.