Faustino Oro, el niño prodigio del ajedrez, con Olé: “Casi todos los días le gano a un Gran Maestro”

Es viernes por la tarde y el Círculo de Ajedrez de Villa Martelli, ubicado en Francisco Laprida al 3800, luce completo. Chicos moviéndose de una clase a la otra y disfrutando de aprender del juego-ciencia que se volvió furor a partir de la pandemia. Más allá de la inserción en las escuelas, los clubes crecieron con su actividad para jóvenes después del boom en tiempos de confinamiento. Y justamente uno de los tantos chicos que aprendió a mover las piezas en ese tiempo fue Faustino Oro, quien en apenas dos años y 11 meses pasó de que el deporte le pareciera aburrido a subir casi 2300 puntos de ranking ELO (2288 tiene) y, en efecto, a convertirse en el Maestro FIDE (MF) más joven de la historia. Es por eso que Olé se acercó al sitio en cuestión para charlar, tablero mediante, con una de las mayores promesas de todo el mundo.

Luego de haber posado con gusto ante los pedidos de la fotógrafa de este medio, Fausti, como lo llaman sus amigos y familiares, no dudó en contestar cada una de las preguntas. Si bien algunas de ellas fueron respondidas con pocas palabras, se abrió para contar sus sueños en un ambiente que aún sigue descubriendo. Es que desde aquel 30 de mayo de 2020, cuando su papá Alejandro decidió crearle una cuenta en la plataforma Chess.com para evitar que su hijo siguiera pateando una pelota de fútbol dentro de su casa en el barrio de San Cristóbal, a abril de 2023 vivió una progresión sin precedentes. “Al principio no me gustaba jugar ni tomar clases, pero después me fui acostumbrando y el juego me empezó a entusiasmar”, comentó, mientras se acomodaba sus anteojos de marcos negros.

Inquieto, como cualquier chico de su edad, no dejó de tocar las piezas en el diálogo con este medio. De hecho, en un momento confesó que su pieza favorita es el caballo por “la movilidad”. Y sus patrones de comportamiento son similares cuando juega. Más allá de que respeta cada una de las reglas, suele pararse en medio de las partidas para observar los movimientos que se suceden en las mesas cercanas a la suya y para comer alguna galletita. “Aún es un nene que corre, que se arrodilla, que se para y come galletitas, que mueve los anteojos. Da ternura verlo jugar”, agregó su mamá Romina.

Sus padres, ambos contadores, van de un lado al otro para que su hijo pueda llegar a todos los torneos posibles. Para que no se pierda ninguna actividad. “Nosotros nos quedamos. No es que lo dejamos y nos desentendemos. Siempre lo esperamos hasta cuando termina, por más que se haga tarde y al día siguiente cueste ir a trabajar”, explicó Romina, quien dijo que disfruta de ver feliz a su hijo frente a un tablero de 64 casillas.


Récord: tiene 9 años y se convirtió en el Maestro FIDE más joven de la historia del ajedrez

¿Cómo es un día normal de Faustino? Básicamente tiene dos partes: colegio (asiste al San José de Calasanz de Caballito), ajedrez y más ajedrez. “Me levanto a las 6.30 y a las 7 ya estoy en el colegio. A las 12.30 salgo, llego a las 13 a casa y después empiezo mi día normal con el ajedrez. Le dedico tres horas más o menos al estudio: hago ejercicios, veo estrategia, finales. Un poco de todo. Y después juego mucho online o presencial”, contó Oro, quien lidera el ranking Sub10 (menores de 10 años). Y para que pueda dedicarle más tiempo a su pasión, los padres lo cambiaron de escuela a una de una única escolaridad. “En el colegio es normal, le gusta mucho el deporte, se lleva bien con los compañeros. Si bien falta bastante, se adaptó bien y lo acompañan. Siempre se pone al día y tiene facilidad. Para nosotros lo importante es que vaya para la sociabilización”, aseguró Romina.

Campeón argentino Sub8 y panamericano Sub10, Oro dejó los torneos juveniles para medirse directamente con los mejores del país. En el último torneo disputado en Martelli finalizó su participación con 3,5 puntos sobre 9 posibles, producto de dos triunfos, tres empates y cuatro derrotas. Pero a pesar de su pasión por el ajedrez presencial, el hincha de Vélez disfruta de los certámenes online, donde se luce cada martes en el reconocido “Martes de Maestros” organizado por Chess.com, en el que participan los mejores del planeta. “Me gusta el ritmo rápido. Me motiva ganarle a Grandes Maestros. De hecho, casi todos los días le gano a uno”, sentenció y sacó pecho ante semejantes logros. Y añadió: “Me pone contento cada logro. Uno de mis objetivos era ser MF y lo conseguí. Ahora quiero seguir por más: ser Maestro Internacional y jugar los Mundiales”.

Amante del juego del campeón del mundo Magnus Carlsen, de quien ve una y otra vez sus partidas, causa furor en el mundillo del ajedrez nacional. Los Grandes Maestros del país se sorprenden con su capacidad y con la profundidad de sus análisis. “Entendió el ajedrez distinto al racionamiento normal de las personas. Hay cosas intangibles que la mayoría no ve en un tablero y él las detectó muy rápido”, argumentó su padre, mientras su hijo no paraba de correr de un lado al otro de la sala de juego. Y graficó con un ejemplo: “Cuando empezó a tomar clases virtuales en Torre Blanca, yo me sumé como espectador con cámara apagada. Y cuando ponían el jaquemate en cuatro jugadas, lo sacaba en menos de un minuto. Al tercer problema los otros nenes se quejaban, porque no llegaban a ver las piezas”.

Aún tiene mucho camino recorrer y sus padres piden ir “paso a paso”. Sin embargo, todo el ajedrez nacional se ilusiona con un chico que impresiona en cada partida que juega…

A su edad juega a otro nivel*

Uno queda asombrado cuando ve jugar a Faustino: sorprende su preparación teórica, su comprensión del juego estratégico y, especialmente, la velocidad con la que resuelve los temas tácticos. Si analizás con él, parece que tira variantes como una maquinita. Juega a otro nivel para tener su edad. Y si bien aún tiene un margen para mejorar, podemos decir que es crack, una palabra con la que hay que tener mucho cuidado pero que a él le queda muy bien.

*Kevin Paveto, Maestro Internacional participante de la final del campeonato argentino de ajedrez de 2022 y con 2427 puntos de ELO.

Por Ayrton Aguirre/Ole