La palabra “humanoide” ha resonado en el imaginario gracias a películas futuristas donde los robots toman protagonismo, siendo Robotina de Los Supersónicos uno de los casos más icónicos. Sin embargo, la realidad ha superado la ficción con Elon Musk, fundador de Tesla, revelando el avance más reciente en el mundo de la robótica: Optimus, un robot humanoide diseñado para realizar tareas domésticas y de manufactura.
En un video compartido por Musk, Optimus demostró habilidades sorprendentes, como doblar una camiseta con destreza. Este desarrollo, que ha sido objeto de especulación y anticipación en la comunidad tecnológica, representa un hito significativo en la inteligencia artificial y la robótica.
Aunque Musk aclaró que Optimus actualmente no puede realizar estas tareas de manera autónoma, sostiene que en un futuro próximo será capaz de hacerlo en cualquier entorno, sin depender de una mesa fija con una caja que contenga solo una camiseta.
Optimus no solo se destaca por sus habilidades de manipulación, sino también por su capacidad de autocalibración en brazos y piernas, además de realizar posturas de yoga. Estas características apuntan a un diseño que va más allá de la mera funcionalidad, acercándose a la apariencia humana.
La presentación de Optimus ha avivado el debate sobre la automatización y su impacto en la sociedad. A pesar de las preocupaciones, Musk asegura que la intención es complementar la fuerza laboral humana, no reemplazarla. Destaca la eficiencia y productividad que la automatización puede aportar, generando nuevas oportunidades de empleo en sectores tecnológicos y de ingeniería.
A medida que Optimus marca un avance crucial en la robótica avanzada, queda por verse cómo estos desarrollos afectarán la interacción entre humanos y máquinas. La presentación de Tesla ha desencadenado una nueva era en la relación entre la inteligencia artificial y la vida cotidiana.