Un reciente estudio publicado en la revista European Journal of Neuroscience (EJN) ha revelado una preocupante conexión entre los hábitos de sueño y la salud mental. Según los investigadores, acostarse tarde no solo empeora la calidad del sueño, sino que también incrementa la probabilidad de desarrollar o sufrir recaídas en síntomas de depresión.
Estudio comparó madrugadores y trasnochadores
La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, examinó a 88 personas con una edad promedio de 21 años, clasificándolas en función de su cronotipo:
- 53 “búhos” (trasnochadores que se acuestan tarde)
- 35 “alondras” (madrugadores que prefieren acostarse temprano)
Durante una semana, los participantes usaron un actígrafo para monitorear sus patrones de sueño, como el tiempo que tardaban en conciliar el sueño, los despertares nocturnos y la duración total del descanso. Además, completaban un diario diario para anotar sus percepciones sobre la calidad de su sueño.
Dormirse tarde afecta más que el descanso
Los resultados mostraron que los “búhos” tardaban en promedio 21 minutos en dormirse, mientras que las “alondras” lo hacían en 14 minutos. Los noctámbulos también experimentaban más dificultades para iniciar el sueño, lo que afectaba su salud mental, especialmente en personas con antecedentes de depresión.
Además, aquellos que habían atravesado episodios depresivos y tenían hábitos nocturnos presentaban mayores probabilidades de sufrir recaídas, en comparación con las “alondras” con el mismo historial.
¿Por qué es importante el cronotipo?
Los investigadores destacan que las diferencias en los horarios de sueño podrían estar vinculadas a los ritmos circadianos de cada persona, es decir, al “reloj interno” que regula los ciclos de vigilia y descanso. Alterar estos ciclos afecta tanto la cantidad como la calidad del sueño, lo que puede influir en el estado de ánimo y aumentar el riesgo de depresión.
Conclusiones: dormir bien, un factor clave para la salud mental
Este estudio refuerza la importancia de mantener horarios de sueño regulares y adaptados al ritmo biológico de cada persona. Para quienes tienden a trasnochar, los investigadores sugieren realizar ajustes progresivos en los horarios para mejorar su descanso y proteger su salud mental.
Un dato curioso: algunas terapias contra la depresión, como la fototerapia y la terapia de control del sueño, se basan justamente en la regulación del ritmo circadiano para reducir los síntomas. Esto sugiere que pequeños cambios en los hábitos de sueño pueden tener un impacto positivo significativo en la salud psicológica.