Julia Roberts y el debate sobre Pretty Woman: “No creo que se pudiera hacer esa película ahora”

Han pasado 35 años desde que Pretty Woman conquistó la gran pantalla y convirtió a Julia Roberts en una superestrella. Pero con el paso del tiempo, la icónica comedia romántica también ha sido objeto de debate: ¿podría hacerse hoy una película así?

En una entrevista con The Guardian en 2019, Roberts fue clara: “No creo que pudiera hacerse esta película ahora”. Lo que en los 90 se celebró como un cuento de hadas moderno, hoy es analizado con una mirada más crítica por su enfoque edulcorado sobre la prostitución y la romantización de una realidad compleja.

El filme, protagonizado por Roberts y Richard Gere, sigue la historia de Vivian, una joven prostituta que entabla una relación con Edward, un exitoso empresario. Lo que comienza como un acuerdo económico se transforma en una historia de amor que marcó a toda una generación. Desde su estreno en 1990, Pretty Woman dejó una huella imborrable no solo en el cine, sino también en la moda, con su icónico vestido de lunares que sigue siendo replicado hasta hoy.

Sin embargo, el contexto actual ha traído una nueva perspectiva. En los últimos años, películas con temáticas similares, como Anora, ganadora del Óscar 2025, han sido analizadas por su tratamiento de la prostitución, generando debates sobre cómo el cine representa ciertas realidades. Pretty Woman no ha sido la excepción.

Roberts también ha mostrado comprensión hacia quienes siguen disfrutando del filme: “Hay muchas cosas que se podrían omitir, pero no creo que eso le impida a la gente disfrutarla”. Tres años después, en una conversación con Vanity Fair, profundizó en su percepción del paso del tiempo y su efecto sobre las producciones culturales: “Hay muchas películas que, vistas en la actualidad, nos llevarían a hacernos preguntas, a cuestionar el clima de la época en que se hicieron. Incluso si viéramos hoy algunos programas de televisión de cuando yo era joven, nos asombraríamos de lo mucho que nos podían hacer reír algunas cosas. Pero precisamente por ese motivo seguimos contando historias diferentes. Los tiempos cambian”.

A sus 47 años (al momento de la declaración citada), aseguraba que el problema no es el género en sí, sino la escasez de guiones adecuados. “Al haber actuado en tantas comedias románticas en el pasado, no me había dado cuenta de lo difícil que es hacer buenas comedias. La mía no fue una elección: las propuestas adecuadas no llegaban nunca”, confesó.

Pretty Woman sigue siendo un símbolo cultural, pero también un reflejo de cómo han cambiado las narrativas cinematográficas y sociales en las últimas décadas. Y si bien el cine ha seguido avanzando hacia representaciones más complejas y conscientes, películas como esta siguen generando debate y nostalgia a partes iguales.

La mirada retrospectiva de Julia Roberts no solo invita a reconsiderar los mensajes implícitos de aquella historia, sino que también abre el debate sobre cómo evolucionan las sensibilidades culturales y qué responsabilidades asume hoy el cine a la hora de representar realidades complejas.