Un video captado por cámaras del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) muestra una luz triangular sobrevolando el volcán Popocatépetl en la madrugada del 3 de diciembre. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, desataron especulaciones, con muchos usuarios señalando que se trataba de un objeto volador no identificado (ovni) o incluso de una nave extraterrestre. Sin embargo, expertos han desmentido esta teoría con una explicación científica.
¿QUÉ SE OBSERVÓ REALMENTE?
La luz triangular que aparece en el video no es un objeto sólido ni una nave extraterrestre, sino un cometa. Al analizar las imágenes detenidamente, se puede notar que una de las “puntas” del triángulo tiene una forma redondeada, lo que corresponde a la cabeza del cometa, mientras que el resto del triángulo es su cola, generada por el desprendimiento de partículas al acercarse al Sol.
Este efecto visual ocurre cuando el cometa tiene su cola orientada hacia la Tierra, dando la impresión de una figura geométrica bien definida.
EL POPOCATÉPETL Y LOS FENÓMENOS LUMINOSOS
No es la primera vez que se reportan avistamientos de objetos extraños alrededor del Popocatépetl. La presencia constante de cámaras de monitoreo en sus alrededores permite captar fenómenos naturales que en otros contextos pasarían desapercibidos, como meteoritos, cometas o reflejos de luz en condiciones específicas.
Especialistas subrayan que estos fenómenos no son inusuales, pero la perspectiva de las cámaras y el contraste con la oscuridad de la noche pueden generar ilusiones ópticas, que alimentan teorías sobre bases extraterrestres en el volcán, conocidas en la cultura popular como “Don Goyo”.
CURIOSIDAD RELEVANTE
El Popocatépetl es uno de los volcanes más monitoreados del mundo debido a su actividad constante. Gracias a estas cámaras, se han captado fenómenos extraordinarios como meteoros brillantes, lluvias de estrellas y, en 2012, un supuesto “ovni cilíndrico” que resultó ser un satélite en desintegración al ingresar a la atmósfera terrestre. Esto refuerza cómo la ciencia puede explicar misterios que, a primera vista, parecen fuera de este mundo.