Por qué escuchar audios o ver videos acelerados puede afectar la salud mental

En la era de la inmediatez y la sobreestimulación digital, una nueva práctica toma protagonismo entre jóvenes y adultos por igual: el “speedwatching”. Este hábito, que implica reproducir contenido audiovisual a velocidades aceleradas, se ha convertido en una respuesta a la abrumadora cantidad de información disponible en el mundo digital. ¿Cómo afecta esta tendencia a nuestra comprensión y, más importante aún, a nuestra salud mental?

La Cultura de la Inmediatez y la Necesidad de Velocidad

La psicóloga María Paula Castro, del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario Austral, señala que el speedwatching surge como un síntoma de la cultura de la inmediatez, donde la espera se vuelve desesperante. Vivimos en un mundo saturado de información atractiva, lo que genera ansiedad y el deseo de absorberla rápidamente.

Martín Barrera Oro, licenciado en Psicología especializado en Psicoterapia Cognitiva, destaca que esta tendencia es una transformación notable en la forma en que consumimos información en entornos digitales. La velocidad de reproducción se convierte en una herramienta para enfrentar la sobreabundancia de estímulos, permitiéndonos acceder a contenidos de manera más eficiente.

Beneficios y Consecuencias del Speedwatching

Acelerar la reproducción de contenido puede ser útil para optimizar el tiempo y entrenar el cerebro para procesar estímulos a gran velocidad. Sin embargo, la doctora Castro advierte que esta práctica puede afectar la calidad y el detalle de la información. La pérdida de detalles significativos puede impactar negativamente en la memoria y la capacidad de procesamiento.

Sylvie Pérez, psicopedagoga, destaca que el speedwatching ofrece ventajas, pero también tiene consecuencias, especialmente en jóvenes en proceso de formación. La estimulación rápida puede generar gratificación cerebral sin requerir un esfuerzo mental significativo, afectando la atención, retención, comprensión y memoria.

El Impacto en la Educación y la Salud Mental

El speedwatching se ha integrado en diversos ámbitos, desde el consumo de videos y podcasts hasta el estudio. Aplicaciones como WhatsApp y redes sociales como TikTok permiten aumentar la velocidad del contenido. Según estudios, los usuarios de YouTube han ahorrado tiempo significativo al ver videos a velocidades más rápidas.

Sin embargo, el riesgo radica en la pérdida de capacidad crítica y reflexiva. Barrera Oro destaca que forzar la visualización rápida, especialmente en campos como la Medicina, podría comprometer la asimilación de información compleja. La velocidad altera procesos cognitivos y puede generar estrés y ansiedad, especialmente en generaciones jóvenes sobreexpuestas a la hiperconexión digital.

El Equilibrio entre Eficiencia y Comprensión

A pesar de los beneficios percibidos, los expertos instan a la reflexión y conciencia sobre el uso del speedwatching. La velocidad puede llevar a una pasividad mental, afectando la capacidad de procesamiento y comprensión profunda. Se requiere un equilibrio entre la eficiencia en el tiempo y la comprensión efectiva del material.

En este mundo acelerado, adaptarnos a las tecnologías exige curiosidad, flexibilidad y prudencia. Padres, cuidadores y educadores deben estar atentos, evaluando la pertinencia de estas tecnologías y aprendiendo a aprovechar sus beneficios sin temor a los constantes cambios. En última instancia, se trata de valorar las características únicas de cada individuo y aprender a adaptarnos a este nuevo ritmo digital. ¿Estamos listos para el desafío de la velocidad en la era digital?

¿Sabías que el primer video de YouTube, titulado “Me at the zoo”, tiene una duración de tan solo 18 segundos? Aunque corto, marcó el inicio de una revolución en la forma en que consumimos contenido en línea.