Camperas de jean, sintetizadores, luces de neón, peinados voluminosos y una inocencia que parece perdida. Aunque hayan pasado más de 40 años, los 80 están más vivos que nunca. No solo volvieron: nunca se fueron del todo.
📺 Desde Stranger Things hasta It Follows, pasando por videos en TikTok con filtros VHS y playlists cargadas de The Cure, Madonna o A-ha, la cultura pop vive un fenómeno curioso: la nostalgia por algo que muchxs ni siquiera experimentaron en carne propia. ¿Cómo se explica este amor por una década que se ha vuelto casi mitológica?
En tiempos de algoritmos y filtros, los 80 se perciben como una época de autenticidad. Sin celulares, con tecnología aún en pañales y una cultura pop efervescente, fue una década de descubrimiento y de excesos que hoy se traduce en una estética reconfortante. “Los 80 son como una zona segura para la imaginación. Todo parece más simple, más colorido, más emocionante”, escribe el sociólogo Simon Reynolds, autor de Retromanía, al analizar el impacto del pasado en la cultura actual.
Colores saturados, sintetizadores nostálgicos, luces cálidas y slow motion: los recursos visuales y sonoros de los 80 generan sensaciones profundas. Nos transportan, nos calman, nos hacen sentir parte de un tiempo sin tanto ruido digital.
El regreso no es casual. En medio de un presente caótico, hay una búsqueda inconsciente de refugio. La repetición de modas pasadas es cíclica, pero el revival ochentoso parece resistir más que otros. ¿Es porque nos recuerda un mundo más analógico y menos acelerado? Y sí, las redes también juegan su papel: entre challenges retro y videos editados con estética de VHS, las nuevas generaciones adoptan esa década como propio territorio creativo.