🥳 Lo que prometía ser una celebración inolvidable antes del casamiento terminó siendo una experiencia directamente sacada de una pesadilla salvaje. Nicolás Hohls, un joven granjero sudafricano de 27 años, fue brutalmente atacado por dos hienas mientras dormía en una carpa durante su despedida de soltero en la reserva natural Cape Vidal, en Sudáfrica.
⛺ El joven, sin imaginar el giro macabro que tendría la noche, dejó una pequeña abertura en la puerta de la carpa para que entrara aire fresco. Grave error. En plena madrugada, una hiena metió la cabeza por la abertura, lo mordió del pie y lo arrastró hacia afuera. Lo que ya era aterrador escaló aún más: una segunda hiena se abalanzó sobre él y le mordió la cabeza.

🛑 Lo que siguió fue una escena de supervivencia digna de una película. Nicolás, en medio del ataque, reaccionó como pudo: metió su mano izquierda dentro de la garganta de una de las hienas y con el pulgar derecho presionó el ojo de la otra, mientras pateaba desesperadamente y gritaba para liberarse.
🔥 Fue su padre quien, al escuchar los gritos, corrió hacia la carpa con una antorcha encendida. “Cuando llegué, las hienas ya se habían ido. Debieron haber visto la luz y desaparecieron. Pero cuando vi a Nicolás, estaba cubierto de sangre y apenas pude reconocerlo”, relató.
🏥 De inmediato lo trasladaron a un hospital, donde fue sometido a múltiples cirugías. Solo en la cara necesitaron 30 puntos, y otros 40 en la mano y las piernas. Los médicos advirtieron que el mayor riesgo era la infección, pero lograron estabilizarlo y luego intervino un equipo de cirujanos plásticos para comenzar la reconstrucción facial, de manos y del tobillo.
💍 Actualmente, Nicolás se encuentra en recuperación, bajo supervisión médica estricta, y acompañado por su esposa. A pesar de las secuelas físicas, su actitud es de agradecimiento por haber salido con vida de un episodio tan violento como improbable.
🔎 ¿Sabías esto? Las hienas, aunque caricaturizadas como carroñeras cobardes, son cazadoras extremadamente organizadas y sus mandíbulas tienen una fuerza capaz de romper huesos de elefante. Y sí: también atacan humanos si están solas, dormidas o les dejás una carpa mal cerrada.