Vender fotos de los pies y trabajar seis horas semanales: Micaela Scuderi y el boom erótico digital que crece sin parar

📸 Desde su casa y sin jefes, Micaela Natalí Scuderi, una joven argentina de 28 años, encontró en sus pies un pasaporte inesperado hacia la libertad económica. Trabaja apenas seis horas por semana, gana más que en cualquier empleo formal y vende fotos, videos y hasta medias transpiradas a clientes de todo el mundo. Lo que empezó como una broma en Instagram, se convirtió en un negocio rentable y con reglas propias.

🔄 “No sé qué tienen de especial mis pies, pero me los piden todo el tiempo”, confesó. Así empezó todo: una seguidora le comentó que subiera más fotos mostrando sus pies. Entre risas, aceptó. Luego vinieron los likes, los seguidores… y las ofertas de compra.
“¿Cómo me voy a aprovechar de esto?”, pensó al principio. Pero después dijo: “¿Y por qué no?”

🧼 El fetiche tiene sus exigencias. Las uñas deben estar siempre cuidadas, pintadas o impecables. “La pose más pedida es cuando se ven los pies de atrás”, explicó. Con el tiempo, Micaela profesionalizó su trabajo. Dejó Instagram y migró a OnlyFans y Telegram, donde gestiona pedidos, programaciones y pagos.
🎯 “Trabajo cuando quiero: uno o dos días a la semana, un par de horas, saco fotos, videos, y listo”.

🧦 Pero no todo es digital. Hay compradores que quieren objetos físicos: ojotas, zapatillas, medias usadas… cuanto más transpiradas, mejor 🤢. “Lo peor es cuando te revisan los envíos en el correo. ¡Mandar medias sucias es una vergüenza! Pero bueno, lo pagan muy bien”.

💸 Sus ingresos mensuales van de 800 a 1000 dólares, pero llegó a ganar hasta 2500. “Podría ganar más, pero no soy insistente”, admite. La clientela es variada: Estados Unidos, Brasil, Italia y, con resignación, también muchos argentinos.

🚫 Eso sí, hay límites. Micaela es clara: no hace encuentros presenciales y evalúa qué contenidos le generan incomodidad o podrían ser filtrados. “Al principio era solo bikini. Ahora hago videos más hot, pero todo virtual. Tengo reglas claras”.

💔 La parte difícil viene con el juicio social. “Muchos piensan que por hacer esto no merezco tener pareja, como si nadie quisiera estar conmigo. Pero esto es un trabajo más, como cualquier otro”.

🔎 Aunque no lo cuenta en entrevistas laborales, sabe que su actividad puede ser descubierta. “Si me buscan, lo van a encontrar. Pero no me avergüenza. Me da libertad”.


📌 Curiosidad incómoda pero real: En el mercado fetichista, hay clientes que pagan cientos de dólares por recibir un chicle ya masticado. Micaela recibió uno de esos pedidos. No lo aceptó… pero lo pensó. 🤯