El verano, con sus altas temperaturas y las tan esperadas vacaciones, suele traer consigo cambios en los hábitos alimenticios. La preferencia por comidas rápidas y la falta de organización en la dieta pueden generar desarreglos que impactan en la salud. Sin embargo, con algunos ajustes, es posible mantener una alimentación equilibrada y disfrutar del verano al máximo.
El riesgo de los alimentos ultraprocesados
Según la nutricionista Luz Fernández (Mat. 1450), el consumo frecuente de comidas rápidas y ultraprocesadas, como las milanesas congeladas o el delivery, puede tener consecuencias negativas a mediano y largo plazo. Entre los riesgos se encuentran:
- Aumento de la glucosa en sangre, lo que puede derivar en diabetes o hiperinsulinemia.
- Incremento del colesterol y triglicéridos, lo que afecta la salud cardiovascular.
Fernández recomienda optar por alternativas caseras: “Preparar un bizcochuelo o galletitas en casa no solo es más económico, sino también una manera de hacer un cambio positivo en la alimentación”.
Hidratación y alimentos esenciales para el verano
Con las altas temperaturas, el cuerpo necesita alimentos que aporten agua y fibra. Por eso, no pueden faltar:
- Frutas y verduras frescas: ideales para mantenerse hidratado y lleno de energía.
- Agua: la nutricionista sugiere consumir más de dos litros diarios (aproximadamente 10 vasos) para evitar la deshidratación.
Asimismo, recomienda realizar cuatro comidas al día, en porciones moderadas, para evitar sentir hambre y asegurar una ingesta equilibrada de nutrientes.
Ejercicio físico en los meses calurosos
La actividad física debe mantenerse durante todo el año, pero el calor exige ciertas precauciones. Según la Organización Mundial de la Salud, se aconsejan 40 a 50 minutos de ejercicio tres veces por semana, priorizando las siguientes recomendaciones:
- Realizar actividad física en horarios frescos, como temprano en la mañana o al atardecer.
- Usar ropa ligera y transpirable.
- Mantenerse hidratado durante el ejercicio.
“El ejercicio aporta grandes beneficios y mejora la energía, pero es fundamental evitar golpes de calor y no exponerse al sol directo”, agregó Fernández.
Conclusión: salud y disfrute equilibrado
Aunque las vacaciones y el calor del verano inviten a desorganizar la rutina, pequeños cambios en la alimentación y la actividad física pueden marcar la diferencia. Una hidratación adecuada, alimentos frescos y un enfoque consciente hacia la salud permitirán disfrutar del verano con energía y bienestar.