Ratan Tata, el legendario empresario indio que llevó al grupo Tata Motors a ser un líder en la fabricación de automóviles, acero y servicios de IT, falleció el 9 de octubre a los 86 años. La noticia fue confirmada por su propia empresa, la cual señaló que su muerte se debió a complicaciones de salud relacionadas con su avanzada edad. Conocido tanto por su liderazgo empresarial como por su filantropía, Tata deja un vacío en el sector industrial de India y en la sociedad, donde su labor social fue ampliamente reconocida.
El deceso del magnate provocó una ola de homenajes en toda India. El primer ministro Narendra Modi destacó su integridad y visión, recordando sus contribuciones a la educación, la salud pública y el bienestar animal. Modi lo describió como un “líder visionario y ser humano extraordinario,” señalando que su legado trasciende lo empresarial, abarcando el desarrollo social del país.
Uno de los detalles que ha captado la atención mundial es la disposición de Tata en su testamento, donde dejó parte de su fortuna, estimada en 109 millones de euros, a Tito, su perro adoptado hace unos cinco años. En el documento, Tata solicitó que el can reciba “cuidados ilimitados” tras su partida. También aseguró un respaldo económico para su mayordomo y asistente Konar Subbiah, así como para su cocinero Rajan Shaw, reconociendo su lealtad y años de servicio.
Este gesto no es único en el mundo de los millonarios; en 2019, el diseñador Karl Lagerfeld también dejó parte de su fortuna a su gata Choupette, en una muestra de afecto hacia su mascota y legado.