Unas gafas, una explosión y un joven herido: el caso que pone en jaque la seguridad de los dispositivos Meta Quest

🎮 De la realidad mixta… al susto muy real

Lo que debía ser una tarde común de juego terminó en una escena que parecía salida de una película apocalíptica. Ángel Miranda, un joven de 23 años de León, España, sufrió quemaduras graves luego de que unas gafas Meta Quest 3S se incendiaran en pleno uso. No es una metáfora. Literalmente se prendieron fuego en su cara.

Era apenas su tercer día de uso. El dispositivo, flamante y casi sin estrenar, empezó a sobrecalentarse mientras jugaba. Ángel, con reflejos rápidos pero no superpoderes, alcanzó a quitárselas segundos antes de que estallaran entre sus manos. Resultado: quemaduras en el rostro y las palmas, humo tóxico llenando la habitación y un susto de los que dejan marca.


🔋 ¿Qué fue lo que explotó?

La batería de litio. Ese pequeño corazón eléctrico que alimenta casi todos nuestros gadgets… también puede convertirse en una bomba en miniatura si algo falla.

Y falló. El sobrecalentamiento terminó en llamas, gases tóxicos y fragmentos del dispositivo incrustándose en la piel del usuario. Ángel trató de apagar el fuego con una manguera, y aunque evitó una tragedia mayor, la experiencia lo dejó marcado física y emocionalmente.


🏥 Parte médico y daños

  • Quemaduras severas en las manos, con ampollas y heridas abiertas.
  • Irritación en el rostro, producto de los fragmentos y el calor.
  • Shock emocional, y el temor real de haber perdido la vista si no reaccionaba a tiempo.

Su testimonio es directo y estremecedor: “Si no me las llego a quitar, me quedo ciego”.


🏢 ¿Qué dice Meta?

Poco y nada.

Hasta el momento, Meta solo ha ofrecido “lamentar lo ocurrido” y prometer una investigación, sin ofrecer soluciones concretas ni hacerse cargo del dispositivo dañado. Ni técnicos, ni peritos, ni siquiera un correo útil con instrucciones claras. Solo silencio corporativo y correos de relaciones públicas.

Ángel, decepcionado, ha iniciado acciones legales y ha involucrado a su aseguradora. Su objetivo es claro: evitar que esto le ocurra a otra persona, especialmente a menores que podrían reaccionar más lento o no entender el riesgo.


⚠️ ¿Y ahora qué?

Este es el primer caso conocido de una explosión de un dispositivo Meta Quest, pero en un mundo donde la tecnología está cada vez más cerca de nuestro cuerpo —literalmente pegada a los ojos—, la seguridad debería ser el mínimo básico, no una opción a revisar después de una tragedia.


🧠 Reflexión final

La realidad virtual promete mundos increíbles, pero si al ponerte unas gafas terminas viendo llamas en lugar de paisajes digitales… algo no está bien. Las empresas tecnológicas, tan rápidas para lanzar productos, deberían ser igual de veloces en proteger a sus usuarios.

Porque la innovación sin responsabilidad no es progreso. Es solo un incendio esperando ocurrir.