Una encuesta mostró un dato revelador sobre cómo comemos los argentinos

La Fundación COLESCOR realizó un informe sobre la alimentación de los argentinos. El trabajo tuvo como fin dar un primer paso para debatir y reflexionar sobre el tema. El primer entendimiento dio como resultado ciertos datos clave que dan una primera imagen de la encuesta sobre una población de 1422 casos ente el 15 de julio y el 4 de agosto de este año.

En primer lugar, el informe muestra que la gran mayoría de los argentinos no realizan ninguna dieta específica. El 90,8% de la población es muy variado en su alimentación diaria, semanal o de fines de semana. Por otro lado, buscan que los alimentos sean agradables en sabor, aroma y textura (56%) y de buena calidad (46%). Un avance a tener en cuenta en ese aspecto, es que hay motivaciones a consumir alimentos catalogados como saludables. Por otro lado, un grupo mucho menor pone en la balanza la necesidad de ingerir proteínas y que no tengan modificaciones genéticas.

Otra gran mayoría es la que se asume omnívora con un consumo frecuente de carne (71%), mientras que un 25% se califica como “flexitariano”, es decir que consume carne bovina, porcina o de producción avícola, cada tanto. El 1% es el porcentaje de gente que no come derivados animales. En esa línea, más de un 60% considera que la carne es insustituible, dato que afirman más los varones (69,1%) que las mujeres (52,2%).

PUBLICIDAD

LA CARNE ASOMA COMO IRREMPLAZABLE PARA LA MAYORÍA DE LOS ARGENTINOS.

Dato llamativo es que el 93% come solo en su casa, dejando solo a un 3% que lo hace en su lugar de trabajo. Además, el informe arrojó que 1 de cada 3 argentinos come más de la cuenta. Un 32% afirma que una o dos veces por semana come más de lo que debería, mientras que el 15% dice hacerlo diariamente.

Aunque haya sacrificio animal para el consumo, no se ve que eso dañe los índices de ingesta. El 71% cree que es correcto que se maten animales para alimentación y que eso no influye en su consumo. El mayor rechazo, está presente en jóvenes entre 15 y 24 años. En cuanto a eso, la carne de vaca es el tipo más consumido (48%), seguida por la aviar (36%). Esto, en cuanto a la cantidad y no a la frecuencia de consumo. Dato más que llamativo, si se tiene en cuenta el aumento constante de las carnes y la gran diferencia entre la de vaca y la de pollo.

Las opciones más escogidas para cuidar el cuerpo son el ejercicio (43%) y la propia alimentación (40%). La diferencia más llamativa de ello se encuentra en el género, siendo el 51% de los hombres los que eligen el ejercicio, frente a un 40% de las mujeres encuestadas. Solo un 28% concluyen en que es fácil organizarse para comprar y comer sano y variado. Este aspecto de la encuesta, también arroja que suelen estar más de acuerdo con dicha postura los de ciudades con menos de diez mil habitantes.

Punto a favor de la población argentina es que más de la mitad lee las etiquetas para conocer que es lo que consumen, mientras que la mayoría de los que no lo hacen aducen que las impresiones de los paquetes no lo permiten. En esa misma línea, cuenta con una amplia aceptación la ya vigente ley de etiquetado frontal.

En cuanto al problema creciente de la inflación, la mitad de las personas aprovechan ofertas y compran alimentos de consumo a corto plazo. Verduras, lácteos, carne y harinas tienen un consumo altísimo y casi unánime. Notablemente más bajo es el consumo de legumbres, semillas y pescado. Para casi la totalidad de la población encuestada (95%), la preparación hogareña de los alimentos es más común que los precocidos, preparados o cocinados fuera de la casa.

El agua se alza con el título de ser la bebida más consumida por los argentinos con un 57,2%. En segundo lugar, se asoman las infusiones (42,3%), mientras que las gaseosas se posicionan en tercero (21,8%). Aguas saborizadas (17%), leche (14,2%) sorprenden entre los principales, dejando por detrás al vino y la cerveza. El 27% de los argentinos encuestados indica que consume alcohol semanalmente.

En las ciudades más grandes, existe cierta corriente que reemplazaría el consumo de carne por vegetales, bajo la motivación del sabor, la equivalencia calórica o los precios. El 28% manifestó que sustituyó la carne por vegetales o alimentos hechos en base a ellos, o también selecciona un día a la semana en el que no consume carne.

Menos de dos de cada diez personas consume algún tipo de suplemento alimenticio, aunque también es una práctica más común en las urbes. Los complementos nutricionales para bajar de peso o para aumentar la masa corporal no son de consumo mayoritario y y un 83% declara no consumirlos casi nunca.

En promedio, un 66,15% está de acuerdo con que comer variado es más sano. El 58% adhiere a que comer ensaladas en las comidas ofrece mayor salud y que el 45% con que lo importante es que la comida sea sana. El 63% está muy de acuerdo en que lo realizado en el propio hogar es más sano que lo de afuera. Un 39% defendió la postura de que en los pueblos se come más sano que en las ciudades.

En cuanto al adelgazar, el 35% cree que es mejor hacerlo de manera lenta, aunque difiere, nuevamente, con respecto al género. Un 46% de las mujeres prefieren un proceso lento, mientras que un 26% de los varones tienen esa preferencia.

En cuanto a los costos, casi la mitad considera que el dinero ayuda a tener una mejor alimentación. Bajo el concepto de “mejor”, un 69% opina que los alimentos orgánicos son más saludables que los light. Para estos últimos, la cuenta es muy negativa: solo el 6% cree que son sanos.

El último ítem del informe marca que el 40% de la población encuestada va al supermercado a comprar sus alimentos. A pesar de ello, en las ciudades grandes, seis de cada diez habitantes compran frutas y verduras en ferias y comercios de barrio. El 98% de los encuestados afirman no hacer las compras por plataformas de internet, ni aunque sean de un supermercado.