📌 Una mentira que marcó vidas
A los 14 años, Jazmín Carro denunció a su padre por abuso sexual, desatando una serie de eventos que destrozaron a su familia. Ahora, con 17 años, confiesa que todo fue una invención impulsada por enojo tras una discusión familiar. La denuncia llevó a su padre a prisión con una condena de 15 años, pero la verdad sigue atrapada en el sistema judicial.
📌 El origen de la mentira
Jazmín admitió haber tomado una historia de abuso de una amiga para armar su denuncia. En su exposición en el Congreso, relató cómo las instituciones judiciales y sociales, como el Polo de la Mujer, no verificaron sus declaraciones, llevándola a vivir experiencias traumáticas, como revisiones médicas invasivas y manipulaciones psicológicas que incrementaron la gravedad de las acusaciones.
📌 El impacto de las falsas denuncias
El caso de Jazmín ha sido un eje central en el debate sobre un proyecto de ley presentado por la senadora Carolina Losada. Este busca endurecer las penas contra quienes realicen acusaciones fraudulentas. La joven contó en el Congreso cómo intentó retractarse en múltiples ocasiones, pero fue ignorada por las autoridades judiciales, quienes prefirieron sostener el caso inicial.
📌 Un sistema que no escuchó la verdad
Durante su intervención, la adolescente detalló cómo la justicia no solo falló a su padre, sino también a ella. “Desde el primer día que conté la verdad, nadie me escuchó”, lamentó Jazmín. A pesar de sus esfuerzos, el sistema sigue sin permitirle declarar formalmente para revertir la condena.
📌 Un proyecto para cambiar el Código Penal
El proyecto de ley en debate busca proteger tanto a víctimas verdaderas como a aquellos falsamente acusados. Según Losada, “la mentira en la justicia afecta a todos”. Este caso expone la necesidad de equilibrar los derechos de denunciantes y denunciados en el marco de la transparencia y equidad.
🧐 Curiosidad:
El concepto de “perjurio”, clave en este caso, tiene una larga historia en el derecho. En la Antigua Grecia, los testigos que mentían en juicios podían ser castigados con la pérdida de derechos civiles, una práctica que subraya la importancia de la verdad en el sistema judicial desde tiempos remotos.