La prestigiosa Pinacoteca Moderna de Múnich, reconocida por albergar obras maestras de artistas como Dalí, Matisse y Picasso, se vio sorprendida por una ampliación no planificada de su colección, cortesía de un empleado del servicio técnico.
El insólito episodio tuvo lugar cuando un trabajador, de 51 años de edad, decidió dejar su huella artística en la galería sin autorización. Con la audacia de un aspirante a la fama, perforó dos agujeros en una pared vacía del pasillo para exhibir su propio cuadro, una obra de 60 x 120 centímetros.
Según informes de los medios locales, el empleado, que se considera a sí mismo un artista ‘freelancer’, buscaba destacar en el mundo del arte mediante esta acción clandestina. Sin embargo, su intento de notoriedad no pasó desapercibido para la Pinacoteca, cuyos supervisores pronto detectaron la intrusión.
La portavoz del museo, Tine Nehler, señaló que, aunque se desconoce el tiempo exacto que la obra permaneció en exhibición, la institución actuó con prontitud para retirarla. La pintura fue devuelta al autor, quien enfrentó las consecuencias de su acto, perdiendo su empleo en el museo y el derecho de acceso a las instalaciones.
El incidente también atrajo la atención de las autoridades, ya que la Policía abrió un caso por el delito de daños a la propiedad debido a los agujeros perforados en la pared. Este curioso incidente sirve como recordatorio de los límites entre la expresión artística y el respeto por la propiedad y las normas establecidas.