Un análisis genético revolucionario ha revelado que las conexiones entre Escandinavia y otras regiones de Europa comenzaron mucho antes de lo que se creía. Según un estudio publicado en la revista Nature, el ADN de un hombre enterrado en York, Gran Bretaña, entre los siglos II y IV d.C., muestra que un 25 % de su ascendencia proviene de Escandinavia, desafiando las teorías tradicionales sobre las migraciones en el primer milenio.
El hombre, posiblemente un gladiador o soldado romano, fue hallado en un cementerio militar de York, que en aquella época formaba parte del Imperio Romano. Este descubrimiento es parte de un proyecto más amplio que analizó más de 1.500 genomas de personas que vivieron en Europa durante ese periodo.
Tres olas migratorias clave
El estudio también identificó tres grandes olas migratorias que marcaron la historia genética de Europa:
- Primera ola (1-500 d.C.): Grupos del sur de Escandinavia y el norte de Europa se expandieron hacia el Imperio Romano.
- Segunda ola (hasta 800 d.C.): Movimientos desde Europa central y oriental hacia Escandinavia.
- Tercera ola (era vikinga, desde 800 d.C.): Escandinavos expandiéndose hacia otras regiones de Europa.
Innovación científica y alcance del hallazgo
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron métodos avanzados como el análisis de ascendencia estratificada y “Twigstats”, que permiten rastrear mutaciones genéticas en ramas específicas de un árbol genealógico. Estos avances revelaron no solo patrones migratorios complejos, sino también la presencia de personas con ascendencia escandinava en lugares tan lejanos como Eslovaquia, Italia e incluso el sur de Europa, donde se identificó a un individuo con un 100 % de herencia escandinava.
El estudio también evidenció un cambio en las tendencias migratorias alrededor del año 800 d.C., cuando poblaciones de Europa central comenzaron a trasladarse hacia Escandinavia. Esto podría estar relacionado con factores económicos, sociales o climáticos, aunque los investigadores señalan que se requiere más análisis para comprender las causas exactas.
Redefiniendo la historia genética europea
Estos descubrimientos no solo reescriben la historia de las migraciones, sino que también destacan la complejidad de los movimientos poblacionales en el pasado. La genética, combinada con la arqueología, está proporcionando una “lente más precisa” para entender cómo las personas y culturas se conectaron y transformaron Europa a lo largo de los siglos.