Un comerciante cobra $500 la aplicación de repelente para los mosquitos

Frente a la invasión de mosquitos en la región central del país, el uso de repelente de insectos se ha convertido en una necesidad imperante para transitar el verano. En este contexto, un comerciante en la localidad bonaerense de Azul identificó la oportunidad y decidió ofrecer la aplicación de repelente de forma individual.

Esta semana, un llamativo cartel en las afueras del Mercado Rotonda, ubicado en la calle Bidegain al 2300, cerca del principal camping de la ciudad, captó la atención de los vecinos: “Hay Off suelto. $500 la aplicación (de adelante y de atrás)”, rezaba la pizarra que se volvió viral en las redes sociales. La ingeniosa propuesta fue concebida por Maxi, propietario del establecimiento, con el propósito de atender a los corredores que transitaban cerca de su local.

“Enfrente de mi local hay luna pista de atletismo, hay mucha gente que corre, que camina. Se olvidaban de ponerse Off y podían gastar seis o nueve o cinco mil pesos de las variantes que tenemos nosotros. Entonces dije: ‘bueno, si no lo quieren gastar, que gasten un poquito y que no los piquen los mosquitos’”, aseguró en diálogo con el periodista Reynaldo Sietecase en Radio Con Vos.

Consultado sobre el costo de la aplicación del repelente, Maxi consideró que su oferta se mantiene dentro de un rango económico accesible. “Está re-barato. Imaginate que te sale $6.000 comprarte el tarro. Por $500 pesos ya solucionaste el problema”, señaló.

“Tengo para abastecer a Azul, ya hemos erradicado prácticamente a todos los mosquitos de acá”, bromeó el comerciante. “Ojalá que la gente use esta idea. Las ideas están en el aire, no pertenecen a nadie. Ojalá que más gente lo use y más gente se pueda poner gastando poco”, agregó.

Asimismo, Maxi aseguró que su comercio es frecuentado por todo tipo de clientes. “Hay quien se lleva el repelente, que entiende que el repelente del año pasado valía $3.000 y la lata de cerveza $500 y hoy la lata de cerveza más de $1.200 y el repelente $6.000. Algunos se llevan el frasco en su variante y otros que se hacen aplicar”, dijo.

“Ahora vamos a vender traguitos de cerveza y pitada de cigarrillo para el que no pueda comprar”, siguió, entre risas.

Con respecto al faltante del producto, el dueño del comercio explicó que tuvo algunas dificultades para obtenerlo en mercados mayoristas. “Hay escasez, en algunos lugares me costó encontrar proveedores. Pero hay comercios que sí lo tienen”, afirmó.

Por otra parte, en cuanto a la situación económica actual y la pregunta por la evolución de las ventas de un año a otro, Maxi comentó: “Estamos buscando la vuelta de tuerca para no quedarnos atrás. Este verano no ha sido como el anterior, vino bastante más tranquilo, pero también un poco se debe al clima. Ha llovido bastante, no han habido días de verano que haya coincidido con el fin de semana”.

“En este momento, nuestro camping está lleno. Siempre hay un lugar para aquellos que quieran venir”, añadió.

La invasión de mosquitos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la región central del país se originó por las lluvias que llegaron tras la extensa sequía. Se trata del Aedes albifasciatus, una versión especialmente agresiva de estos insectos, acostumbrada más a alimentarse de la sangre de mamíferos que pueden encontrar en el campo, con la piel más gruesa, que de seres humanos

Los expertos los conocen como “mosquito de inundación” por la estrategia que tienen para reproducirse y por los sitios eligen para poner sus huevos. Estos mosquitos buscan lugares que se inundan con frecuencia, es decir, “sitios que pasan por períodos recurrentes de inundación y sequía. Entonces, cuando estos ambientes secos temporalmente se inundan, las hembras aprovechan para poner sus huevos y se producen estos desarrollos sincrónicos de muchos mosquitos al mismo tiempo, porque son grandes superficies de charqueríos que se inundan simultáneamente a partir de las lluvias”, explicó Sylvia Fischer, investigadora del CONICET en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA) y en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

FUENTE: INFOBAE