TOC: nueva esperanza con técnicas de neurocirugía menos invasivas

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), una condición psiquiátrica que afecta a millones de personas, podría encontrar nuevas alternativas de tratamiento gracias a innovadoras técnicas de neurocirugía.

Según Smithsonian Magazine, los avances médicos actuales ofrecen opciones menos invasivas y más efectivas para quienes no responden a las terapias convencionales, abriendo un nuevo camino en el abordaje de trastornos psiquiátricos severos.

De la lobotomía a la precisión quirúrgica

La neurocirugía psiquiátrica, antes conocida como psicocirugía, tiene raíces en el siglo XIX, cuando el psiquiatra suizo Gottlieb Burckhardt intentó tratar enfermedades mentales mediante la remoción de tejido cerebral. Décadas más tarde, António Egas Moniz popularizó la lobotomía, recibiendo el Premio Nobel en 1949, aunque las graves secuelas de estas prácticas dejaron un estigma que persiste hasta hoy.

Con el avance de la tecnología, las técnicas actuales son mucho más precisas y seguras. Procedimientos como la capsulotomía o la terapia térmica láser intersticial (LITT) permiten intervenir zonas específicas del cerebro, minimizando riesgos de daño colateral.

Impacto positivo y mejoras reales

Los resultados son prometedores: entre el 50 y 60% de los pacientes con TOC severo muestran mejoras significativas un año después de una capsulotomía.

El neurocirujano Nir Lipsman, de la Universidad de Toronto, describió estas transformaciones como “las más gratificantes” de su carrera. Aunque la cirugía no reemplaza el tratamiento continuo con medicamentos o terapia, representa un avance crucial para casos extremos.

Martina Mustroph, de la Emory School of Medicine, destacó además la seguridad de los procedimientos actuales, siempre y cuando se realicen con el consentimiento informado de pacientes y familias.

Riesgos y dilemas éticos

A pesar de los beneficios, los expertos advierten sobre los riesgos: pérdida de motivación, hemorragias cerebrales y problemas de memoria.

Michael Schulder, expresidente de la Sociedad Americana de Neurocirugía Estereotáctica y Funcional, fue claro: “Cuando quemas un agujero en el cerebro, no hay vuelta atrás”. Por eso, estos tratamientos no se recomiendan de forma generalizada.

Además, según Rebecca Park, psiquiatra de la Universidad de Oxford, algunos pacientes reportaron efectos adversos graves a largo plazo.

Futuro de la neurocirugía psiquiátrica

La falta de ensayos clínicos aleatorios a gran escala sigue siendo un gran obstáculo para validar estas técnicas. Aunque existen propuestas para crear registros internacionales de seguimiento, todavía hay carencias en el rigor científico de muchos estudios.

Sabine Müller, neuroeticista de Charité, advirtió que gran parte de la investigación actual no alcanza los estándares de calidad exigidos en el ámbito farmacéutico.

A pesar de los desafíos, la neurocirugía moderna ofrece una luz de esperanza para quienes más lo necesitan, planteando un futuro en el que las soluciones para el TOC podrían ser más accesibles, seguras y efectivas.