La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que entre 2025 y 2029 existe una probabilidad del 70 % de que la temperatura promedio global supere los 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales. Este umbral crítico de calentamiento ya tiene impactos visibles y puede agravar aún más las consecuencias para la economía, los ecosistemas y la vida cotidiana.
Los últimos diez años han sido los más cálidos registrados en la historia moderna, y según la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett, no se espera una mejora en el corto plazo. Esto significa que los efectos negativos del cambio climático seguirán aumentando si no se toman medidas urgentes.
Un estudio reciente publicado en la revista Nature complementa estas advertencias, proyectando que millones de niños nacidos en 2020 vivirán expuestos a olas de calor extremas, sequías e inundaciones sin precedentes. La investigación, liderada por la Universidad Libre de Bruselas, muestra que estas generaciones enfrentarán una frecuencia inédita de eventos climáticos extremos durante toda su vida.
Si el calentamiento alcanza los 3,5 °C para 2100, el 92 % de estos niños experimentará olas de calor extremas. En un escenario más optimista de 1,5 °C, ese porcentaje se reduce al 52 %, pero las políticas actuales sitúan al planeta en un camino hacia un aumento cercano a 2,7 °C.
Wim Thiery, coautor del estudio, señala que esta exposición climática sin precedentes representa un desafío enorme para las generaciones futuras, que vivirán en un mundo muy distinto al que conocemos hoy.
El informe de la OMM también señala que 2024 fue el año más cálido jamás registrado, con una temperatura promedio 1,55 °C por encima de la era preindustrial. Los meteorólogos anticipan que 2025 podría estar entre los tres años más cálidos de la historia.
Si no se implementan cambios inmediatos y profundos en las políticas de reducción de emisiones, la tendencia al aumento de la temperatura global continuará, poniendo en riesgo tanto la biodiversidad como la calidad de vida humana.