A medida que los autos modernos se vuelven más voluminosos y costosos, los conductores han comenzado a cuestionar la utilidad de ciertos dispositivos electrónicos que, según un estudio reciente, complican más de lo que ayudan. Según el informe “Índice de experiencia tecnológica (TXI) 2024” de JD Power, basado en las respuestas de más de 80.000 propietarios de automóviles en Estados Unidos, algunas de las tecnologías avanzadas que ofrecen los vehículos actuales no cumplen con las expectativas de los usuarios, y muchas veces, son vistas como un gasto innecesario.
El estudio revela que mientras que algunas funciones, como el frenado autónomo de emergencia o el aviso de desvío de carril, son valoradas por los conductores, otras, como el reconocimiento facial, el acceso mediante huella digital y los controles gestuales, son las más desconectadas por los usuarios. Estas tecnologías, según la mayoría de los encuestados, tratan de solucionar problemas inexistentes.
El control de crucero adaptativo, aunque es una herramienta con gran precisión tecnológica, genera desconfianza entre los conductores, quienes prefieren desconectarlo o encuentran molesto el constante aviso de tomar el volante. Esto refleja una contradicción: mientras desean mayor asistencia, también buscan mantener el control total del vehículo.
Además, tecnologías como las pantallas para pasajeros, los botones hápticos y algunos sistemas de conducción regenerativa en autos eléctricos han sido fuertemente criticadas por ser invasivas o poco prácticas, complicando la experiencia de manejo en lugar de mejorarla. Según el estudio, el 90% de los autos rara vez llevan un acompañante en el asiento delantero, lo que hace que la pantalla exclusiva para pasajeros sea vista como un gasto innecesario y, en algunos casos, una distracción peligrosa.