El síndrome del domingo, ese sentimiento de ansiedad y temor que surge ante la nueva semana laboral, es una realidad para muchas personas. No solo provoca inquietud y nerviosismo, sino que también puede manifestarse con síntomas físicos como palpitaciones, temblores y dolores de estómago y cabeza.
Según un estudio dirigido por Ilke Inceoglu, profesora de Comportamiento Organizacional y Gestión de Recursos Humanos de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, este fenómeno, conocido como los “miedos del domingo”, se ha intensificado en los últimos tiempos. La pandemia ha difuminado los límites entre la vida laboral y familiar, exacerbando este problema.
La psicóloga Analía Tarasiewicz señala que, para muchos, el domingo es el comienzo de un nuevo capítulo lleno de preocupaciones y miedos. Esta ansiedad puede desencadenar emociones negativas y afectar el bienestar emocional, incluso llegando a aumentar los síntomas de ansiedad, depresión y otras condiciones psicológicas.
El “síndrome del domingo” puede tener manifestaciones físicas, como palpitaciones, transpiración, dificultad para respirar, temblores y dolores de estómago y cabeza. La directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), Gabriela Martínez Castro, explica que este malestar se agrava cuando las personas se enfrentan a situaciones de insatisfacción laboral, estrés o soledad.
Los investigadores encontraron que quienes revisan sus correos electrónicos durante el fin de semana, tienen tareas pendientes de la semana anterior y son muy exigentes consigo mismos tienden a experimentar estos “miedos dominicales” de manera más pronunciada.
Para enfrentar este síndrome y comenzar la semana de forma positiva, los expertos sugieren varias estrategias:
- Establecer límites claros entre el trabajo y el tiempo libre, desconectándose de las comunicaciones laborales durante el fin de semana.
- Planificar actividades diferentes para el domingo, tratando de engañar al cerebro y hacerlo sentir como un viernes o sábado.
- Priorizar el sueño, el movimiento y una alimentación saludable, cumpliendo con las horas adecuadas de descanso y manteniendo horarios regulares para las comidas.
- Crear una rutina relajante para el domingo por la noche, como ver una serie favorita o preparar una comida especial, para ayudar a relajar cuerpo y mente.
- Evaluar el significado del trabajo y alinearlo con el propósito personal, observando qué aspectos generan esa ansiedad y cómo pueden ser abordados.
- Establecer si el trabajo está conectado con el propósito de vida o si es necesario resolver situaciones pasadas que afectan el presente laboral.
- Emplear técnicas de respiración y meditación para manejar los síntomas de ansiedad y estrés.
- Hacer pequeñas acciones que permitan restablecer la energía, ya sea en solitario o en compañía de seres queridos.
- Establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, aprendiendo a desconectar y dedicar tiempo a actividades placenteras y de descanso.
- Priorizar el cuidado personal y el bienestar emocional como parte fundamental de la rutina diaria, desarrollando la resiliencia y reduciendo los niveles de estrés.