Ronroneo vs. maullido: por qué surge cada uno y qué significados tienen

Quienes conviven con un gato saben que estos animales se comunican de múltiples maneras y que incluso pueden variar sus sonidos según la persona con la que interactúan. Lo que hasta hace poco parecía intuición o anécdota quedó respaldado por la ciencia: un nuevo estudio confirmó que el ronroneo funciona como una huella acústica mucho más fiable que el maullido para distinguir a cada gato.

La investigación fue realizada por el Museum für Naturkunde Berlin y la Universidad de Nápoles Federico II, y publicada en Scientific Reports. Según sus conclusiones, mientras los maullidos cambian en función de la situación y del vínculo con los humanos, el ronroneo mantiene una estructura estable y única en cada individuo.

Maullidos vs. ronroneos: dos voces con funciones distintas

El estudio comparó maullidos y ronroneos de gatos domésticos y salvajes, revelando que los domésticos presentan una mayor dispersión acústica debido a su adaptación a la convivencia humana.

El maullido es una vocalización versátil, de corta duración y frecuencia variable (entre 208 y 1.000 Hz). Los gatos lo usan sobre todo para relacionarse con personas: pedir comida, reclamar atención o expresar malestar. Su flexibilidad es tan grande que puede cambiar de gato en gato y de situación en situación.

El ronroneo, en cambio, es un sonido continuo, de baja frecuencia (25 a 30 Hz) y producido con la boca cerrada. Acompañado de vibraciones corporales, suele aparecer en contextos de relajación, contacto social o vínculo madre-cría; aunque también puede darse en momentos de dolor o estrés. Su estructura, según el estudio, es mucho más estable y distintiva para cada gato.

Qué descubrieron los investigadores

Para evaluar qué vocalización identificaba mejor a cada individuo, el equipo analizó 276 maullidos de 14 gatos y 557 ronroneos de 21 gatos usando técnicas de reconocimiento automático del habla.

Los resultados fueron contundentes:

  • Ronroneo → tasa de identificación correcta: 85,5 %
  • Maullido → tasa de identificación correcta: 64,4 %

Esta diferencia confirma que cada gato tiene un ronroneo propio, casi como una “firma sonora”. La coautora Anja Schild destacó: “Cada gato en nuestro estudio tenía su propio ronroneo característico”.

La domesticación y la evolución de la voz del gato

El estudio también muestra que la domesticación influyó profundamente en la comunicación vocal. Los gatos domésticos desarrollaron maullidos más plásticos y adaptables debido a la convivencia cercana con humanos, que tienen rutinas y respuestas muy variadas.

Esta flexibilidad es menor en felinos salvajes como el gato montés africano, el gato montés europeo, el gato de la jungla, el guepardo y el puma, cuyos maullidos resultaron más uniformes y menos variables. En cambio, los gatos domésticos mostraron una dispersión acústica mucho mayor, lo que sugiere que los humanos favorecieron —incluso sin quererlo— la diversificación vocal.

Una comunicación más compleja de lo que parece

El trabajo concluye que los gatos combinan dos estrategias de comunicación:

  • Ronroneo → señal estable que sirve como “identidad sonora”.
  • Maullido → herramienta flexible para interactuar y negociar con humanos.

Ambos sonidos, moldeados por miles de años de convivencia, reflejan la sofisticación de la comunicación felina y abren puertas al estudio del vínculo humano–animal.