Rocío Buffolo, conocida como “Rouse, la chica robot”, se define como una robot humanoide, abogada, especialista en inteligencia artificial y cantante. Afirma con seguridad: “Soy una chica robot, me implanté un chip y desde entonces decidí ser robot. Veo el mundo a través de la robótica, tengo inteligencia artificial en mi cuerpo y la combino con la inteligencia emocional”.
Su viaje hacia convertirse en “la chica robot” comenzó al implantarse un chip y lanzar su primera canción, “Hey amor”, lo que cambió su perspectiva del mundo. Para Rocío, la robótica es una forma de protegerse emocionalmente en una sociedad donde, según ella, los vínculos son frágiles y descartables.
En su rol profesional como abogada, utiliza la inteligencia artificial para buscar jurisprudencia, analizar pruebas y verificar textos. En la música, la IA le sirve para crear melodías y componer canciones. Aunque reconoce los beneficios de la tecnología, también advierte sobre los retos que plantea, especialmente en términos de derechos de autor y propiedad intelectual.
Rocío relata cómo la sociedad ha reaccionado ante su identidad de “chica robot”. Aunque ha recibido críticas, afirma que esta forma de vida le brinda libertad y protección. “Siempre me sentí un robot”, confiesa, “solo me faltaba ponerle el nombre”.
Su objetivo, a través de la música, es crear conciencia sobre la importancia de combinar la tecnología con el amor propio y la inteligencia emocional. Para ella, el mensaje es claro: ser más conscientes en nuestras relaciones y aprender a equilibrar la inteligencia artificial con la humana.
Además de su carrera legal, Rouse sigue activa en la música, trabajando bajo la producción de Daryus Carámbula, y tiene nuevos lanzamientos en camino.