Del flequillo emo a los ringtones de Nokia, las modas y obsesiones de los 2000 volvieron con fuerza. ¿Nostalgia, ironía o una nueva forma de decir quiénes somos? En TikTok, en las calles y hasta en las playlists, el revival es el nuevo statement.
No es un déjà vu: están volviendo. Las mochilas Jansport, las pulseritas de letras, los pantalones tiro bajo. Vas caminando y alguien pasa escuchando Evanescence. En Instagram, otra sube fotos sacadas con una Kodak digital. ¿Estamos volviendo atrás… o reinventando lo que ya fue?
La red que impone tendencias también recicla el pasado. Con hashtags como #2000sstyle o #Y2Kaesthetic, miles de chicos que no vivieron esa época la están adoptando como mood. Se visten como Paris Hilton, hacen nail art como en Lizzie McGuire y editan videos con glitter pixelado. ¿Ficción o identidad?
Parte de la respuesta está en el corazón: lo retro nos da seguridad. En tiempos inciertos, el pasado parece un lugar más cómodo. Y lo que antes era moda ahora es refugio emocional. Volver al 2004 es volver a un mundo sin Instagram, sin notificaciones, sin tanta ansiedad.
No todo es melancolía. Hay quienes se apropian de esas estéticas desde la risa. Usan los looks dosmileros con exageración, se ponen glitter y camisas con brillos como si fueran personajes de un show de Cris Morena. Pero aunque haya humor, hay también una búsqueda: la de volver a jugar con la imagen.
CDs, DVDs y objetos que piden ser tocados: Entre tanto streaming, vuelve la necesidad de lo tangible. Muchos coleccionan CD, escuchan música en discman o compran cámaras digitales de 3 megapíxeles. Porque hay algo en apretar play con el dedo que no tiene el scroll infinito.