¿Cazadores furtivos, un poblador ofuscado o un ataque dirigido? La desaparición de Acaí, una joven yaguareté de dos años liberada el 5 de octubre en el Parque Nacional El Impenetrable, mantiene en vilo a investigadores, autoridades y organizaciones ambientales. El 25 de octubre, el collar satelital dejó de emitir señal y el último registro provino del cauce del río Bermejo, lo que abrió un abanico de sospechas.
La Administración de Parques Nacionales, la Justicia federal y el gobierno de Chaco lanzaron una recompensa de $250 millones para quienes aporten información precisa. La cifra responde al cálculo del daño ambiental que significaría la pérdida del animal. En la región, marcada por altos niveles de pobreza, esperan que el incentivo rompa lo que describen como “un pacto de silencio”.
Mientras el fiscal federal Carlos Amad insiste en que busca al animal con vida, en la Fundación Rewilding Argentina —encargada de la crianza y reintroducción de Acaí— son más contundentes. “Creemos que la mataron y tiraron el collar al río”, afirmó Sebastián Di Martino, director de Conservación de la entidad. La organización difundió la noticia bajo el título “La matanza de Acaí”.
La Justicia secuestró varios teléfonos celulares en allanamientos realizados en el Paraje Manantiales, donde días antes de su desaparición se había alertado a los pobladores sobre la presencia del felino. Uno de los sospechosos llegó a declarar: “Yo no lo maté, pero si me come mis animales no tendría problema en hacerlo, aunque vaya preso”.
Pese a los rastrillajes y allanamientos, no se hallaron restos, piel ni rastros del animal. Las autoridades también observaron ciertos indicios inconsistentes, como un perro gravemente herido atribuido a un ataque de yaguareté, algo que los investigadores consideran poco probable.
Buzos tácticos ya realizaron tres operativos en el río Bermejo para recuperar el collar de Acaí, que continúa emitiendo señal VHF a pesar de estar bajo el agua y cubierto por sedimentos. Un cuarto intento se realizará esta semana con la esperanza de recuperar información clave.
El trasfondo ecológico
Acaí nació en el Parque Nacional Iberá, Corrientes, donde la especie fue reintroducida tras décadas de extinción. Su traslado al Impenetrable formó parte de un ambicioso proyecto para recuperar la población de yaguaretés en el Chaco, donde las hembras están extintas desde hace 30 años. La presencia de Acaí era un paso crucial para repoblar la región, compartiendo territorio con machos como Qaramta, el emblemático felino descubierto en 2019.
En Argentina quedan menos de 200 yaguaretés y la especie perdió más del 95% de su hábitat original. Por eso, la desaparición de Acaí no solo implica una tragedia ambiental: también pone en riesgo el futuro de la especie en uno de los ecosistemas más amenazados del continente.