En una impactante muestra de libertad religiosa, activistas del Templo Satánico instalan altar en el Capitolio de Iowa.
En un acto que ha dejado boquiabiertos a muchos residentes de Iowa, activistas del Templo Satánico llevaron a cabo una provocadora exhibición en el Capitolio estatal. El miércoles pasado, un altar satánico tomó lugar en el edificio, desatando tanto críticas como rezos fervientes.
Detalles de la Exhibición:
El altar, meticulosamente elaborado, presenta una cabeza de cabra confeccionada con espejos, sostenida por un maniquí vestido de rojo, junto a otros simbolismos característicos de la organización. Lucien Greaves, cofundador y portavoz del Templo Satánico, defendió la instalación, afirmando que representa el derecho del grupo a la libertad religiosa.
“Realmente vamos a disfrutar la oportunidad de estar representados en un foro público. No tenemos una iglesia en cada esquina”, declaró Greaves. La exhibición, según el portavoz, permanecerá en el Capitolio durante 14 días.
Reacciones y Controversias:
Las reacciones no se hicieron esperar. Shellie Flockhart, una residente de Iowa, expresó su sorpresa y preocupación al ver la exhibición. “Es una fuerza muy oscura y maligna, y realmente espero que la gente sepa cómo combatirla”, dijo Flockhart, quien convocó un grupo de oración frente al árbol de Navidad ubicado en el mismo edificio.
“Espero que la gente se dé cuenta de que la guerra espiritual es real. Que hay fuerzas satánicas malignas que están tratando de infiltrarse en nuestro estado”, agregó.
Contexto del Templo Satánico:
El Templo Satánico, con sede en Salem, Massachusetts, se define como una organización no gubernamental dedicada al activismo político y cultural. Aunque se reconoce como no teísta y niega adorar a Satanás, utiliza símbolos satánicos como medio para transmitir su mensaje.
Curiosidad Final:
En medio de la controversia, surge la pregunta: ¿Cómo responderá la sociedad de Iowa ante esta manifestación de libertad religiosa? La polarización está servida, y el Capitolio se convierte en el escenario de un debate que trasciende lo espiritual para abrazar lo político y cultural.