En plena era de la hiperconexión, donde las notificaciones parecen no tener fin y los teléfonos inteligentes acumulan horas de uso diario, una tendencia inesperada está ganando terreno: el regreso de los celulares con tapita. Lejos de ser un simple gesto nostálgico, este fenómeno responde a un nuevo deseo de desconexión, minimalismo digital y búsqueda de control sobre el tiempo.
Los “dumbphones”, como se los conoce en contraposición a los smartphones, están siendo elegidos por jóvenes que quieren cortar con la adicción al scroll infinito. TikTok, Instagram y otras redes sociales que forman parte del día a día, empiezan a ser reemplazadas por llamadas, mensajes de texto y una cámara de baja resolución, pero suficiente para capturar momentos sin filtros.
Esta elección no solo tiene que ver con la nostalgia de los años 2000, sino con una nueva forma de consumir tecnología: más consciente, con menos estímulos y menos exposición. Los celulares con tapita ofrecen exactamente eso: funciones básicas, cero distracciones y una estética retro que, de paso, marca tendencia.
Según Google Trends, las búsquedas relacionadas a “celulares con tapita” y “teléfonos básicos” han crecido notablemente en el último año, especialmente entre usuarios de entre 18 y 30 años. Marcas como Nokia, Motorola y hasta Samsung relanzaron modelos con diseño clásico y funcionalidades limitadas, apuntando a este nicho que no para de crecer.
¿Es el fin del smartphone? Probablemente no. Pero este pequeño boom de los celulares con tapita parece ser un síntoma de una sociedad que empieza a preguntarse si realmente necesita estar conectada todo el tiempo.