“Podemos ser potencia”: proyectan a Tucumán como un polo cannábico

El lunes pasado comenzó una nueva era para la planta de marihuana en todo el territorio argentino. Con la publicación del decreto 405/2023 que reglamenta la ley 27.669, la industria del cannabis medicinal y del cáñamo ya cuenta con su marco regulatorio. En nuestra provincia, emprendedores y referentes del cannabis proyectan la incipiente era verde y coinciden en que Tucumán tiene todas las condiciones para convertirse en un gran polo cannábico. ¿Se viene la provincia cañamera? 

“Tucumán tiene gran potencial para convertirse en polo cannábico debido a todos los microclimas que poseemos en la provincia que son favorables al cultivo del cannabis. Necesitábamos contar con un marco legal reglamentario sólido, claro y estable así podemos permitir el desarrollo de esta industria en Tucumán. Es impresionante la cantidad de productos que tenemos para hacer. Tenemos mucho potencial en esto y podemos ser potencia”, se ilusiona Mauricio Abate, productor tucumano de semillas de cannabis medicinal. Su empresa, Cepas Medicinales Tucumán, se constituyó el año pasado en el marco de la ley 27.350 que establecía la regulación para la investigación médica y científica del cannabis. Con la nueva legislación, las posibilidades del sector son mucho mayores: “La reglamentación del cannabis puede y debe tener un impacto significativo en todos los emprendimientos vinculados al cannabis en Tucumán. Abre oportunidades para nuevos emprendimientos, como productos derivados del cáñamo industrial, extracciones de aceites ricos en CBD (el componente medicinal de la planta) y productos derivados. Podría generar empleo y promover el desarrollo económico de la región. También atraer inversiones en el campo de la ciencia y la tecnología”. 

Desde Tucumán, Yungannabis fue la primera fundación en todo el país habilitada para la investigación y desarrollo de productos cannábicos. Su presidente, Felipe Herrera Locascio, celebró la nueva reglamentación: “Esta ley nueva permite un marco de desarrollo comercial mucho más potente y mucho más fuerte que no solamente abarca la investigación, sino un montón de áreas que tienen que ver con la planta de cannabis y no solamente a nivel medicinal, sino también alimenticio, la industria textil, de fibra, de autopartes y hasta bioetanol. Hay alrededor de 30.000 productos que se pueden hacer con la planta de cannabis. Entonces las oportunidades que despierta la ley son muchísimas. Realmente, es una normativa que la estábamos esperando hace muchos meses”. 

Paula Bongiorni, una de las integrantes de Yungannabis.

El titular de Yungannabis coincidió con Mauricio respecto a la posibilidad de que la provincia ocupe una posición central en el mapa de la incipiente industria cannábica nacional: “En Tucumán tenemos una matriz tecnológica importante, una matriz de conocimiento científico, una universidad con una infinidad de carreras. Tenemos también una matriz empresarial que está buscando diversificar inversiones y está atenta a ver qué es lo que se puede hacer y ya hay experiencias en algunas áreas que se parecen. Tenemos una matriz textil, la matriz azucarera que ya genera biocombustible, tenemos laboratorios que generan medicamentos genéricos. Hay un montón de condiciones que hacen que Tucumán, si realmente aprovecha la oportunidad, pueda ser una potencia muy grande en cannabis”. 

La activista cannábica Florencia Victoria Flores Fassola comenzó a estudiar la planta cuando tenía 19 años y le diagnosticaron epilepsia. En el cannabis no sólo encontró una medicina natural para su enfermedad, sino también una forma de ayudar a las personas que necesitan de las propiedades terapéuticas de la planta. Para ella, la nueva regulación no sólo es el puntapié inicial para el desarrollo de la industria, sino que contribuye a terminar con los prejuicios que aún pesan sobre la marihuana: “El hecho de que haya una reglamentación que nombre al cannabis es positivo, ya que la gente empieza a ver la planta desde otro lugar y logra integrarla en su día a día. De alguna manera, se limpia su nombre en una sociedad donde entiendo que aún les cuesta nombrarla con naturalidad”. 

Aunque la valora como un avance para el sector, Flores Fassola advirtió que la reglamentación recién publicada puede resultar bastante restrictiva para todos aquellos que elaboran productos cannábicos de forma artesanal, como es su caso: “Estoy segura que no será algo inclusivo de todos los sectores sociales, es decir, para que la ANMAT te apruebe un producto entiendo que tiene que pasar por una estandarización, algo que sabemos que es muy difícil si no tenés acceso a ciertas herramientas de laboratorio. Lo veo posible, pero encarecería el producto final y al consumidor final, que ya viene con años de consumir un aceite de cannabis artesanal de confianza, no le gustará la idea de pagar más por algo que ya conoce que le hace bien. Sin embargo, entiendo que hay un sector de la sociedad al que le va a gustar pagar por un medicamento en la farmacia. Entonces, en conclusión, estamos ampliando la llegada del cannabis a nuevos sectores sociales y eso es positivo”. 

Florencia Victoria Flores Fassola, una activista de la planta

Según explicó, algunas zonas de la provincia, como es el caso de los Valles Calchaquiés, son muy propicias para el cultivo de la planta. De hecho, en Tafí del Valle ya se encuentra funcionando Inkillay, una empresa dedicada al perfeccionamiento del cultivo del cannabis medicinal y que está desarrollando cannabis de altura. Sí, al igual que el vino, se trata de plantas que aprovechan las virtudes del entorno geográfico y climático: “Tucumán tiene mucho potencial, al menos desde el punto de vista ambiental. En Tafí del Valle ya está instalándose una empresa para producir. Sabemos que la amplitud térmica y los metros de altura sobre el mar potencian en esta planta, y en todas, sus propiedades. Dentro de los valles, Amaicha también puede ser un hermoso lugar de cultivo, ya que tiene condiciones de mayor sequía lo que genera mayor producción de tricomas (que es donde se concentra la sustancia terapéutica de la planta)”. 

Desde marzo de 2021, cuando se aprobó el Registro del Programa Cannabis (Reprocann), se habilitó en Argentina el uso y cultivo de cannabis con fines medicinales. Los inscriptos pueden tener hasta nueve plantas (en etapa de floración) y transportar hasta 40 gramos de flores secas y hasta seis frascos de 30 mililitros de aceite de cannabis. En abril, el Reprocann pasó de tener uno a tres años de validez. En esa oportunidad, desde la cantera de Salud, informaron que más de 200.000 personas ya se habían inscripto desde que se habilitó el registro. 

En nuestra provincia como en el resto del país, la posibilidad de cultivar plantas de cannabis de forma legal supuso el crecimiento exponencial de un mercado dedicado al rubro: desde la comercialización de semillas y plantines hasta distintos productos para el cuidado de la planta. De un tiempo a esta parte, los tucumanos se familiarizaron con los growshop, tiendas especializadas en productos para el cultivo y diversos accesorios para el uso del cannabis. Singular mezcla entre vivero y juguetería, la proliferación de los growshops es un signo inequívoco de la aceptación y la expansión actual del cannabis en nuestra sociedad. Para los empresarios del rubro, la reglamentación de la ley de cannabis industrial implica una expansión del mercado. “Sin dudas, abre un nuevo segmento dentro de mi negocio para lo que serían los grandes cultivos. Al hacerse un cannabis industrial y al haber lugares donde se va a plantar en grandes dimensiones, abre la posibilidad de traer otro tipo de productos para cultivos de esa envergadura”, comenta Sergio Farías, dueño del growshop Tu Cultivo.  

Para los emprendedores, el apoyo del Estado provincial será determinante en el desarrollo de la industria cannábica en estas latitudes. “No alcanza con lo que tenemos ahora, hay que poner realmente mucha actitud y mucha voluntad, sobre todo, voluntad política. El rol del Estado provincial en esta industria me parece que es fundamental porque, por más que haya una enorme intención de inversión del sector privado y que ya haya algunos proyectos como el nuestro que están andando, es clave el acompañamiento y todo el rol que el Estado genera desde la coordinación hasta la promoción de ciertas industrias. Lo vemos en algunas industrias que están muy desarrolladas como el limón, el Estado se mantiene constantemente acompañando y fomentando y promoviendo estas industrias”, comentó Felipe Herrera Locascio. /eltucumano