Palestinos tristes por la muerte de Sinwar y sin mucha esperanza de que la guerra termine

La muerte de Yahya Sinwar, líder de Hamás, ha generado una profunda tristeza entre los palestinos de Gaza, particularmente en la ciudad de Rafah, donde varios civiles expresaron su pesar, pero también su escepticismo respecto a un posible fin de la guerra. Aunque algunos ven en su fallecimiento un motivo de orgullo, la mayoría duda de que su muerte traiga consigo la paz o una solución al conflicto que ya se ha cobrado la vida de más de 42.000 personas.

En medio de la ofensiva israelí que no cesa, las tropas del Ejército israelí anunciaron el miércoles la localización y posterior muerte de Sinwar en un enfrentamiento en Tel al Sultan, Rafah. Según la versión oficial, el líder de Hamás fue identificado tras huir a un edificio, donde fue detectado por un dron. El combate concluyó con un tanque disparando contra su escondite, y el cuerpo de Sinwar fue encontrado al día siguiente, junto a documentos, una pistola y dinero.

Las reacciones en Gaza reflejan tanto el orgullo por el “martirio” de Sinwar como el dolor por las pérdidas sufridas. Un desplazado, que prefirió no revelar su identidad, expresó: “Lo más importante para los israelíes era asesinar a Sinwar. Pues bien, ya ha muerto. Y ahora, ¿van a terminar la guerra? Hemos sacrificado demasiado y lo único que quiero es regresar al norte”. Otros palestinos entrevistados por EFE comparten esta resignación y enfatizan que la guerra no se detendrá solo por la muerte de un líder, ya que la causa palestina sigue siendo el objetivo de Israel.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó que la muerte de Sinwar es “el comienzo del día después de Hamás”, pero aclaró que la guerra continuará hasta lograr todos sus objetivos, incluyendo la liberación de los rehenes.

Por su parte, otro civil consultado aseguró que el conflicto se volverá aún más intenso: “Creo que la guerra será más feroz. En los próximos días se verá la fuerza de esta resistencia palestina”.

Curiosamente, Sinwar fue capturado por Israel en 1988 y pasó más de dos décadas en prisión antes de ser liberado en 2011 en un intercambio por un soldado israelí.