📺 Un crimen, dos víctimas y millones de espectadores.
El 12 de junio de 1994 no solo marcó el brutal asesinato de Nicole Brown y Ronald Goldman; también inauguró una era donde la justicia comenzó a transmitirse en vivo y en horario central.
El caso O.J. Simpson fue más que una investigación policial: fue una tragicomedia nacional. Un espectáculo judicial que desenmascaró las fisuras de la sociedad estadounidense en materia de racismo, machismo y culto a la celebridad.

🔥 La noche que lo cambió todo
Nicole Brown, de 35 años, y Ronald Goldman, de 25, fueron hallados apuñalados frente a la casa de Nicole en Brentwood, Los Ángeles. Dentro, dormían sus dos hijos, completamente ajenos a la escena de horror que yacía afuera.
👠 Nicole estaba descalza, vestida con un sencillo vestido negro. Goldman había pasado a devolverle unos anteojos olvidados. Lo que encontró fue la muerte.
El crimen fue brutal, íntimo, silencioso. Y el nombre del principal sospechoso resonó con el estrépito de un ídolo caído: O.J. Simpson, exmarido de Nicole, leyenda del fútbol americano.
🧤 El guante, la fuga y la camioneta blanca
Al día siguiente, en la mansión de Simpson, la policía encontró un guante ensangrentado. Su par estaba junto al cuerpo de Nicole. El círculo se cerraba.
🗓️ El 17 de junio, tras ser notificado de que sería acusado, Simpson desapareció. Comenzó entonces la persecución más insólita de la historia reciente:
🚙 A bordo de una Ford Bronco blanca, conducida por su amigo Al Cowlings, Simpson recorrió las autopistas de Los Ángeles mientras miles de personas salían a aplaudirlo o a llorarlo desde los puentes.
🔫 En el asiento trasero, apuntándose con un arma, dejaba cartas de despedida y recuerdos nostálgicos leídos por Robert Kardashian ante las cámaras.
📺 La NBC interrumpió la final de la NBA. Veinte patrullas lo siguieron. Y millones de estadounidenses, cerveza en mano, vieron en vivo cómo la ficción se rendía ante la realidad.

⚖️ El juicio del siglo
🧑⚖️ En enero de 1995, comenzó un proceso judicial que duró nueve meses. La fiscalía presentó sangre, ADN y huellas que, según ellos, conectaban a Simpson con el crimen.
Pero el momento cumbre llegó cuando Simpson se probó los guantes. No le calzaban. Su abogado Johnnie Cochran selló el destino con una frase que se volvió histórica:
“If it doesn’t fit, you must acquit.”
“Si no ajusta, deben absolverlo.”
La defensa argumentó que todo fue un montaje racista de la policía de Los Ángeles. Y el jurado, con un país expectante, declaró a O.J. Simpson no culpable el 3 de octubre de 1995.
📡 Ciento cuarenta y cinco millones de personas vieron el veredicto en vivo. Y Estados Unidos se partió en dos: entre quienes celebraban un triunfo contra la discriminación y quienes veían una injusticia flagrante.

🎬 El caso que no terminó
🧩 A pesar de haber sido absuelto en el juicio penal, en 1997 un tribunal civil lo declaró responsable de las muertes de Nicole y Goldman, ordenándole pagar más de 30 millones de dólares a sus familias. Nunca lo hizo.
⛓️ En 2007 fue condenado por robo a mano armada y secuestro. Salió de prisión en 2017.
💀 El 10 de abril de 2024, O.J. Simpson murió de cáncer. Su figura se extinguió como había vivido: envuelta en controversia, misterio y cámaras encendidas.
🎥 Una historia que sigue viva
El caso inspiró documentales, películas y series que abordaron desde distintos ángulos la tragedia.
📺 O.J.: Made in America,
📺 The People v. O.J. Simpson,
y más recientemente, producciones centradas exclusivamente en Nicole Brown, buscando devolverle voz y dignidad a una víctima frecuentemente eclipsada por el espectáculo.
📌 Conclusión:
El juicio de O.J. Simpson marcó el nacimiento de una nueva era: donde las cámaras entraron a los tribunales, donde la verdad comenzó a competir con el rating y donde los crímenes dejaron de ser solo tragedias para convertirse, también, en capítulos de una serie nacional.
Porque en esa Ford Bronco blanca no solo viajaba un hombre huyendo.
También lo hacía un país entero, escapando de sus propias contradicciones.