Ni implantes ni prótesis: medicamento japonés pretende regenerar la dentadura

El sector de la implantología ha cambiado mucho en los últimos años. A la creciente preocupación bucodental se le ha sumado la demanda de nuevas técnicas o tratamientos estéticos. La calidad y la velocidad han modificado este ámbito de la odontología y ya existen diferentes modelos para suplir una posible carencia en la dentadura.

Reponer estas piezas en la tercera edad o en la juventud puede llevarse a cabo de varias formas. Una sería la forma inmediata, que es cuando no hace falta abrir la encía. En este caso, tan solo se puede colocar en aquellos casos en los que el paciente tenga un buen volumen de hueso y no exista infección.

Otra consiste en lo denominado all in four, all in six, que son prótesis fijas de cuatro o seis implantes, aunque también requiere mucho hueso. Los removibles sustituyen todo el maxilar (superior e inferior) con dos implantes mínimos y se puede retirar cuando se desee. Y luego están los que se colocan entre el hueso del maxilar y el tejido gingival con un sistema conocido como ISP y que garantiza la rehabilitación oral en casos de atrofia maxilar o mandibular severa. Además, el paciente saldrá con sus dientes el mismo día de la cirugía.

Lo último, sin embargo, es algo totalmente revolucionario. Según lo publicado en The Mainichi (un diario japonés escrito en inglés), un equipo de investigación del país nipón está desarrollando un medicamento innovador que puede permitir el crecimiento de dientes nuevos en personas. Los ensayos clínicos, apuntan, comenzarán en julio de 2024.

Según lo previsto, el medicamento para el crecimiento de los dientes está destinado a personas que carecen de un juego completo de dientes permanentes debido a factores congénitos. El equipo tiene como objetivo tenerlo listo para uso general en 2030. En experimentos anteriores con animales, el medicamento provocó el crecimiento de dientes de “tercera generación” después de los dientes de leche y los dientes adultos permanentes.

La idea de hacer crecer nuevos dientes es el sueño de todo dentista. He estado trabajando en esto desde que era estudiante de posgrado. Estaba seguro de que sería capaz de hacerlo realidad”, dijo Katsu Takahashi, investigador principal y director del departamento de odontología y cirugía oral en el Hospital Kitano del Instituto de Investigación Médica en la ciudad de Osaka. El responsable, Takahashi, el licenciado en odontología y realizó estudios de postgrado en biología molecular en la Universidad de Kioto en 1991. Posteriormente, estudió en Estados Unidoi

Tal y como explican, la anodoncia es una condición congénita que causa el crecimiento de menos de un juego completo de dientes, presente en alrededor del 1% de la población. Se cree que los factores genéticos son la causa principal de la décima parte de los pacientes con anodoncia que carecen de seis o más dientes, una condición categorizada como oligodoncia. Estas condiciones también se conocen como agenesia dental. Las personas que crecen con esto luchan con habilidades básicas como masticar, tragar y hablar desde una edad temprana, afectando negativamente a su desarrollo.

Análisis de la evolución genética
Durante todo el tiempo de investigación con animales, se fueron identificando genes que, cuando se eliminaban, hacían que los ratones genéticamente modificados tuvieran menos dientes. “La cantidad de dientes varió a través de la mutación de un solo gen. Si hacemos de eso el objetivo de nuestra investigación, debería haber una manera de cambiar la cantidad de dientes de las personas”, expresaba Takahashi en declaraciones recientes del periódico japonés.

Fue alrededor de 2005, apuntan en el rotativo, cuando Takahashi profundizó en el tema. Lo inició en la Universidad de Kioto, después de regresar a Japón: aquí comenzó a ver un camino brillante para continuar con su investigación. Los investigadores encontraron que los ratones que carecían de cierto gen tenían un mayor número de dientes. Se descubrió que una proteína llamada USAG-1, sintetizada por el gen, limita el crecimiento de los dientes. En otras palabras, bloquear la acción de esa proteína podría permitir que crezcan más dientes.

Prueba del medicamento en ratones.

Prueba del medicamento en ratones.

El equipo de investigación de Takahashi se centró en USAG-1 y desarrolló un medicamento de anticuerpo neutralizante capaz de bloquear la función de la proteína. En experimentos en 2018 a ratones con una cantidad congénitamente baja de dientes se les administró un medicamento que resultó en la aparición de nuevos dientes. Los resultados de la investigación se publicaron en un artículo científico de EEUU en 2021 y atrajeron mucha atención como el comienzo de la primera medicina de regeneración dental del mundo.

Se está trabajando ahora para preparar el medicamento en humanos. En breve, han avisado, se testeará en ellos. Una vez que se confirme que no tiene efectos nocivos, estará destinado al tratamiento de niños de dos a seis años que presenten anodoncia. “Esperamos allanar el camino para el uso clínico del medicamento”, insistió Takahashi.

De hurones a humanos
Si tiene éxito, anotan desde la investigación, este fármaco puede cambiar las reglas del juego en todo el campo de la odontología. Los animales, incluidos los tiburones y algunas especies de reptiles, pueden regenerar continuamente los dientes. Pero se ha asumido que a los humanos solo les crecen dos juegos de dientes en su vida. Ahora, puntualizan, hay evidencia de que también existen “brotes” para un tercer juego.

Porque también ocurre lo contrario: alrededor del 1% de la población presenta hiperdoncia, una afección congénita que provoca un número de dientes superior al normal. Según una investigación del equipo de Takahashi, uno de cada tres de estos casos se manifiesta como el crecimiento de un tercer juego de dientes. Takahashi cree que, en la mayoría de los casos, la capacidad de los humanos para desarrollar un tercer conjunto se ha perdido con el tiempo.

Simulación del nuevo diente creado.

Simulación del nuevo diente creado.

Cuando los investigadores aplicaron el fármaco a los hurones, les creció un séptimo diente frontal adicional. A medida que los dientes nuevos crecían entre los frontales existentes y tenían la misma forma, se cree que el medicamento indujo la generación del tercer juego de dientes en los animales.

Si dicho tratamiento no es posible debido a las caries severas o a la erosión de los alveolos dentales, lo que se conoce como piorrea, las personas los pierden y deben depender de aparatos dentales como dentaduras postizas. La capacidad de desarrollar dientes de tercera generación podría cambiar eso. “En cualquier caso, esperamos ver un momento en que la medicina para el crecimiento de los dientes sea una tercera opción junto con las dentaduras postizas y los implantes”, zanjaba Takahashi. /El Español