La perspectiva de hacerse una endoscopía, un análisis que involucra insertar un tubo flexible, con una cámara en una punta, y que recorrerá todo nuestro aparato digestivo sin desconectarse nunca de la computadora a la que le suministra las imágenes, no es precisamente agradable. Es un estudio revolucionario y sumamente útil, pero muy poco cómodo, aun con el uso de anestesia.
Ahora, un desarrollo de la universidad George Washington, en Estados Unidos, promete modificar esta experiencia en un futuro próximo. Los investigadores de esa universidad crearon un dispositivo del tamaño de una píldora, que tiene una cámara en una punta, una batería interna y un transmisor.
Y permite, al igual que con una endoscopia, recorrer desde adentro el cuerpo humano; envía las imágenes que toma la cámara con una antena interna. No es el primer dispositivo en su tipo: en los últimos años, con la miniaturización de los componentes, han aparecido otros similares, como la Pillcam, quizá la más conocida.
Pero el diseño nuevo, llamado NaviCam, tiene una ventaja: un médico puede controlar, en forma externa y usando una suerte de imán, el movimiento de esta cápsula, a diferencia de las anteriores, que simplemente se dejaban llevar por el proceso digestivo natural del paciente. Aquí, en cambio, es posible controlar la dirección y el movimiento de esta minúscula cámara, detenerse en un punto, revistarlo con más detenimiento, etcétera. Lo que todavía no puede hacer es tomar una muestra de tejido para una biopsia.
La otra ventaja es que no requiere el uso de anestesia para realizar el procedimiento.
La NaviCam es controlada por el magnetismo de una suerte de faja que se le pone al paciente, y el médico define su movimiento (en tres dimensiones) usando una especie de joystick.
“Si más estudios pueden probar que este método es suficientemente sensible para detectar lesiones de alto riesgo, las cápsulas controladas en forma magnética podría ser usadas como una forma sencilla y rápida para buscar problemas de salud en el tracto gastrointestinal superior, como úlceras o cáncer de estómago”, dijo Andrew Meltzer, profesor de medicina de emergencia en la Escuela de Ciencias Médicas y de la Salud de esa universidad.
El primer estudio ya se hizo en 40 pacientes, y encontró que los médicos podían controlar los movimientos de la cápsula en el estómago con una visualización del 95% de su superficie. Los resultados están disponibles en la publicación especializada iGIE.
LA NACION