Lo que parecía un día de verano normal en las playas de Sebastopol, Crimea, se convirtió en una escena de horror el pasado domingo, cuando un ataque ucraniano golpeó con misiles ATACMS, suministrados por Estados Unidos, causando la muerte de cuatro civiles, incluidos dos niños, y dejando a más de 150 personas heridas.
Las imágenes captadas muestran el momento exacto en que las mortales municiones de racimo cayeron sobre las playas llenas de veraneantes. Este acto ha desatado una condena inmediata por parte de Moscú, que lo calificó como un “nuevo crimen sangriento”. Las autoridades rusas acusan a Ucrania de llevar a cabo este ataque con el respaldo de EE.UU., intensificando así las tensiones en una región ya altamente conflictiva.
Mijaíl Podoliak, asesor del presidente ucraniano Vladímir Zelenski, justificó el bombardeo argumentando que consideran toda Crimea como un objetivo militar legítimo, a pesar de la anexión de la península por parte de Rusia tras un referéndum en 2014. “En Crimea no hay ni puede haber ‘playas’ ni ‘zonas turísticas’ según Kiev”, afirmó en redes sociales, subrayando la visión de Ucrania sobre la soberanía de la región.
El incidente ha avivado aún más las tensiones entre Ucrania y Rusia, y ha provocado una condena generalizada en la comunidad internacional. Las repercusiones de este ataque podrían tener implicaciones significativas para la estabilidad regional y las relaciones diplomáticas entre los países involucrados.
Curiosidad relacionada: El misil ATACMS utilizado en el ataque es conocido por su capacidad de precisión y carga explosiva, lo que lo hace adecuado para operaciones militares de largo alcance, pero también ha sido objeto de controversia por su impacto en áreas civiles durante conflictos pasados.