En las últimas semanas, usuarios de Instagram han expresado su descontento en diversas plataformas, incluyendo Reddit, debido a la proliferación de videos que muestran lactancia materna. La controversia radica en que muchas mujeres recurren a esta práctica para esquivar las restricciones sobre desnudos y promocionarse en la plataforma dirigida a adultos, OnlyFans.
Las normas comunitarias de Instagram prohíben la publicación de pezones femeninos descubiertos, aunque permiten imágenes relacionadas con la lactancia, parto, posparto y situaciones vinculadas a la salud o actos de protesta. Sin embargo, la indignación ha crecido al observar un aumento drástico en este tipo de contenido, incluyendo videos de menores de edad, material fetichista, y modelos de OnlyFans “amamantando” a muñecos y juguetes.
Los usuarios señalan que estas publicaciones carecen de contenido educativo o médico, presentando connotaciones sexuales. A pesar de los esfuerzos de los internautas utilizando la función ‘no me interesa’, los algoritmos de la plataforma continúan recomendando videos etiquetados como ‘lactancia’.
En respuesta a las críticas, una modelo anónima de OnlyFans defendió la práctica, afirmando que muchos creadores la han elogiado y que la controversia es exagerada. Argumenta que utiliza la lactancia como un medio para destacar las lagunas de Instagram. Además, reveló un aumento sustancial en sus ganancias mensuales, alcanzando los 60.000 dólares en tan solo una semana después de comenzar a publicar este tipo de contenido.
Esta situación plantea preguntas sobre la integridad de las normativas de la plataforma y cómo se abordan situaciones que, aunque técnicamente dentro de las reglas, generan controversia y descontento entre los usuarios.
Curiosidad al Azar: En un giro inesperado, algunos usuarios reportan que han creado cuentas de Instagram para sus mascotas, eludiendo así ciertas restricciones y explorando nuevas formas de interacción social en la plataforma. ¿Estamos viendo el surgimiento de una nueva tendencia o simplemente una curiosa anomalía digital