La emblemática película ‘Mary Poppins’, estrenada en 1964 y protagonizada por Julie Andrews, ha sido objeto de una nueva clasificación por edades en el Reino Unido debido a la presencia de “lenguaje discriminatorio”. La Junta Británica de Clasificación de Películas (BBFC) ha modificado la categoría del film de ‘U’ (apta para todos los públicos) a ‘PG’ (se recomienda la supervisión de un adulto), tras identificar el uso del término “hotentote”, considerado despectivo hacia un pueblo africano.
El personaje del almirante Boom, interpretado por Reginald Owen, menciona esta palabra en dos ocasiones dentro de la narrativa de la película. En una escena, se dirige a uno de los niños preguntándole si planean “luchar contra los hotentotes”, y en otro momento, durante una danza de deshollinadores con sus rostros cubiertos de hollín, exclama que están siendo atacados por “hotentotes”.
Este término, que en la época colonial se usaba para referirse a un grupo nómada del sur de África, es catalogado por el Diccionario Oxford como “arcaico y ofensivo”. La BBFC ha expresado su preocupación de que el lenguaje utilizado en la película pueda causar malestar entre los niños o llevarlos a repetir la palabra sin comprender su potencial ofensivo. En consecuencia, se ha recomendado a los padres o tutores presenciar la película junto a los menores para contextualizar su contenido.
La película ‘Mary Poppins’, que se alzó con cinco premios Oscar en 1965, incluyendo los de mejor actriz y mejor canción, enfrenta así un nuevo desafío en su legado, adaptándose a las sensibilidades contemporáneas y al compromiso con el respeto y la inclusión.
Dato curioso: Este cambio en la clasificación por edades de ‘Mary Poppins’ refleja la evolución de las normas sociales y culturales sobre el lenguaje y su impacto. La capacidad de revisar y reevaluar contenidos de décadas pasadas a través de una perspectiva moderna demuestra un creciente reconocimiento de la importancia del lenguaje inclusivo y respetuoso, así como el papel de los medios de comunicación en la formación de actitudes y percepciones. Este ajuste en la clasificación busca garantizar una experiencia de visualización consciente y educativa, alineada con los valores de respeto mutuo y comprensión cultural.