Cuando no estamos hablando, las cuerdas vocales se mantienen abiertas para poder respirar. Sin embargo, cuando llega el momento de hablar, el cerebro realiza una serie de acciones.
Las cuerdas vocales se juntan, mientras que el aire de los pulmones pasa entre ellas, haciéndolas vibrar. Las vibraciones producen ondas sonoras que viajan a través de la garganta, la nariz y la boca, que actúan como cavidades resonantes para modular el sonido.
“Para entender la razón detrás de la ronquera, primero debemos entender cómo funciona la voz humana. Cuando estamos en silencio respirando, los pliegues están abiertos. Cuando queremos hablar, el cerebro envía señales para emitir un sonido, se mueven las cuerdas vocales y vibran. Ese sonido en su pasaje por el resto de la laringe, la faringe y la boca va teniendo modificaciones al pasar por esas cavidades resonadoras y sale de los labios hecha voz y palabra”, resume Iris Rodríguez (M.N. 64010), médica laringóloga del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano y miembro fundadora de la Sociedad Argentina de la Voz.
Sea cual sea el motivo, el problema fundamental radica en que las cuerdas vocales no pueden juntarse adecuadamente. Si esto ocurre, la voz sale inevitablemente alterada.
Se trata de un trastorno que sufre alrededor del 5% de la población y requiere atención por parte de un otorrinolaringólogo. No obstante, un 98% de los casos corresponde a enfermedades benignas que requieren tratamientos específicos, pero que no entrañan un riesgo vital.
Si tengo ronca la voz, ¿cuándo debo ir al médico?
Hay que consultar con el médico si la ronquera continúa durante más de tres semanas, sobre todo si no se tuvo un resfriado o gripe. También se debe consultar con el especialista si se tiene tos con sangre o si se siente dificultad para tragar o para respirar, si se siente un bulto en el cuello, dolor al hablar o al tragar, o se pierde la voz por completo por más de un par de días.
La voz es una función del organismo a la que hay que prestar atención y cuidar tanto como al resto del cuerpo. Es vehículo del habla, del pensamiento, de las emociones y refleja el estado de salud físico y mental.
“Actualmente, diagnosticamos numerosos problemas vocales ocasionados por mal uso y abuso de la voz, por el esfuerzo que requiere hablar en el elevado ruido ambiental que padecemos, la inadecuada climatización de los lugares de trabajo, los hábitos tóxicos (tabaco y alcohol, por ejemplo), mala alimentación y la demanda vocal sin preparación previa en las personas que usan la voz como herramienta de trabajo”, explica Rodríguez.
Consejos para cuidar la voz
- Evitar las salidas a lugares con excesiva cantidad de gente. Así, se logrará prevenir contagios de persona a persona.
- Ventilar todos los ambientes de la casa una o dos veces al día, pero no durante un tiempo prolongado para expulsar los alérgenos existentes dentro de la vivienda y evitar su reingreso.
- Abrigarse, pero lo suficiente. No en exceso.
- Evitar hablar por encima del ruido ambiente, sobre todo aquellas personas que utilizan su voz como herramienta de trabajo. Luego de un uso intenso, se recomienda hacer un prudente reposo vocal.
- Beber mucha agua puede ayudar a mantener saludables las cuerdas vocales. La cafeína y el alcohol, por el contrario, provocarán su deshidratación.
- Dormir 8 horas como mínimo. La falta de sueño puede perjudicar sensiblemente el uso de la voz. Un buen descanso es fundamental para mantenerla saludable.
- No carraspear en forma frecuente. De esa manera, se pueden dañar las cuerdas vocales. Es conveniente tomar sorbitos de agua y optar por un caramelo para aliviar o calmar la molestia.