Durante años se dio por sentado que los primeros humanos que cruzaron a América hace más de 15.000 años lo hicieron en compañía de sus fieles perros. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B acaba de dinamitar esa creencia.
📌 La investigación, liderada por la zooarqueóloga Aurélie Manin de la Universidad de Oxford, concluye que los perros llegaron a América Central y del Sur entre 7.000 y 5.000 años atrás, es decir, mucho después de la llegada de los primeros grupos humanos.
🧬 Ciencia al servicio de la historia
El estudio se basó en el análisis de 70 genomas mitocondriales de restos de perros antiguos y modernos de América Central y del Sur. En el trabajo participaron investigadores de Chile, Argentina, Perú, Bolivia y el Reino Unido, y aportaron datos inéditos sobre el origen y la expansión de los perros en este lado del continente.
“Nuestros resultados sugieren que los perros llegaron con la expansión de la agricultura, especialmente con la introducción temprana del maíz”, explicó Francisco Prevosti, investigador de la UNLaR y Conicet.
🔄 Humanos primero, perros después
Los humanos comenzaron a poblar América desde el norte hacia el sur hace entre 30.000 y 15.000 años. Pero los perros domésticos no acompañaron esa primera migración.
☝️ Según el estudio, los canes fueron incorporados miles de años más tarde, cuando ciertos grupos humanos adoptaron estilos de vida agrícolas y comenzaron a moverse con semillas, cultivos… y perros.
📍 Inicialmente se asentaron en los Andes del norte del continente. Más tarde, entre 3.000 y 2.000 años atrás, se desplazaron hacia el este, difundiendo el maíz y los perros entre comunidades de cazadores-recolectores.
🧬 Una sola madre, muchos descendientes
Todos los perros precolombinos analizados comparten una única línea materna, distinta de las halladas en el hemisferio norte. Esto sugiere una baja diversidad genética, producto de una introducción tardía y posiblemente limitada en número.
“Es la primera vez que se hace un estudio genético tan detallado en esta parte del mundo”, destacó Lucio González Venanzi, de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet.
⚔️ El impacto de la colonización
La llegada de los europeos cambió todo. El linaje original de los perros prehispánicos fue prácticamente borrado con la introducción de razas europeas durante la colonización.
💬 Aun así, sobreviven rastros de ese ADN ancestral en razas como el Chihuahua, que conserva material genético heredado de los perros nativos mesoamericanos.
🧩 Una historia compartida de migración
Para los científicos, este estudio no solo habla de perros. También permite reconstruir cómo las culturas humanas fueron transformándose, y cómo especies como el perro se integraron a ese viaje.
“Los perros son reflejo de la historia humana. Se mueven con nosotros, cambian con nosotros y nos acompañan desde hace milenios”, reflexionó González Venanzi.
🚧 Limitaciones y próximos pasos
Una de las principales trabas del estudio fue la escasez de restos arqueológicos de perros en Sudamérica. Si bien la situación mejoró en las últimas décadas, el registro sigue siendo fragmentario e incompleto.
“En Sudamérica enfrentamos una gran falta de recursos para estos estudios. Por eso es clave la colaboración internacional”, apuntó Prevosti.
El próximo objetivo será secuenciar el genoma nuclear (el que heredan madre y padre), para obtener una visión aún más precisa del recorrido de los perros por América.
📚 ¿Qué nos enseña este hallazgo?
Que la historia no siempre es como la imaginamos. Que los perros —esos compañeros eternos— también tienen su propia migración, una marcada no por las huellas en la tierra, sino por la genética. Y que las culturas, como los perros, no llegan solas: llegan cuando las personas cambian de vida y cambian el mundo a su alrededor.