El cambio climático ya no es solo una amenaza ambiental: es también un problema de salud pública. Enfermedades que antes eran raras o propias de zonas tropicales están apareciendo en lugares impensados. Y el cuerpo humano no siempre está preparado.
El aumento global de las temperaturas favorece la expansión de mosquitos como el Aedes aegypti, que transmite dengue, zika y chikungunya. Estas enfermedades ya están llegando a regiones más frías, donde ni el sistema de salud ni la población están preparados para su manejo.
Alergias, asma y ansiedad ecológica
El aire más contaminado, los niveles altos de polen y los incendios forestales están agravando afecciones respiratorias. Además, crece la llamada ecoansiedad, una forma de angustia ante el futuro incierto del planeta. La salud mental también está en juego.
La crisis climática ya está afectando nuestros cuerpos. No es solo una cuestión ambiental: es una urgencia humana. Cuidar el planeta es también cuidar nuestra salud presente y futura.