Resolver problemas, ya sea en el trabajo o en la vida diaria, puede parecer un camino cuesta arriba. Pero para Bill Gates, cofundador de Microsoft y referente global del pensamiento estratégico, todo parte de una fórmula simple: hacerse dos preguntas.
📘 En su blog personal, Gates reveló que desde su adolescencia enfrenta cada gran desafío aplicando esta técnica, que lo acompañó tanto durante su paso por Microsoft como ahora desde la Fundación Gates. Según él, lo más valioso no es descubrir respuestas originales, sino saber dónde mirar y a quién escuchar.
🧾 Las dos preguntas que siempre se hace son:
1️⃣ “¿Quién ha manejado bien este problema?”
2️⃣ “¿Qué podemos aprender de ellos?”
🔄 Este método, que ha usado incluso durante la pandemia de COVID-19, evita la trampa del ego o de la inmediatez, muy común en entornos laborales donde se espera una solución al instante, aunque sea improvisada. Para Gates, la clave está en reconocer lo que uno no sabe y buscar a los que ya resolvieron algo similar.
🎯 “Lo mejor que puede hacer para resolver el problema es estar dispuesto a aprender de los que más saben de él”, asegura el magnate.
🧩 El proceso no termina en copiar. Gates subraya que lo importante es adaptar lo aprendido a tu propio contexto. No se trata de repetir fórmulas, sino de ajustar las ideas al escenario real que enfrenta cada uno.
🧑🏫 De hecho, Gates aplica esta filosofía incluso fuera del ámbito tecnológico:
— Aprendió sobre productividad visitando una planta embotelladora.
— Mejoró su ciclismo con un entrenador profesional.
— Reflexionó sobre la perseverancia tras una charla con un Navy SEAL.
📲 Gracias a la cantidad de información disponible hoy —videos, blogs, foros, redes sociales— cualquiera puede acceder a este método, sin necesidad de ser un genio o tener contactos exclusivos. Solo hace falta curiosidad, humildad y disposición a aprender.
🧐 Curiosidad que pocos saben:
Bill Gates es tan metódico con su aprendizaje que dedica dos semanas al año exclusivamente a leer y estudiar en lo que él llama su “Think Week”. Durante esos días se desconecta casi por completo del mundo exterior para enfocarse en absorber conocimientos y reflexionar. Una costumbre que muchos CEOs ahora están intentando copiar.
