La única canción de The Beatles compuesta por John Lennon y George Harrison

Entre las innumerables creaciones de los Beatles, hay una que destaca por su particular autoría. Mientras que la mayoría de las canciones del icónico grupo de Liverpool fueron compuestas por la prolífica dupla de John Lennon y Paul McCartney, existe una excepción que acredita la colaboración entre Lennon y George Harrison. Se trata de “Cry for a Shadow”, un tema instrumental de rock grabado el 22 de junio de 1961, mucho antes de que la banda inmortalizara su primer álbum, Please Please Me. Sin embargo, este track no vio la luz hasta el 27 de marzo de 1964, cuando se lanzó como single.

Según Far Out Magazine, “Cry for a Shadow” originalmente se titulaba “Beatle Bop” y estaba destinada a ser el lado B de “Why”, una colaboración entre Tony Sheridan y los Beatles. Aunque el plan inicial cambió, la canción finalmente se incluyó en el EP francés de Sheridan, Mister Twist, en 1962, marcando así la primera grabación original de la banda lanzada comercialmente.

El tema surgió como una parodia a The Shadows, una banda británica de rock instrumental. En esta creación, Harrison imitaba el distintivo sonido de la guitarra de Hank Marvin, mientras Lennon emulaba los aullidos del bajista y vocalista Jet Harris. La canción pasó de ser un B-side a un A-side en países como Gran Bretaña, Alemania y Australia, donde “Why” se convirtió en la otra cara del sencillo.

Harrison relató la génesis de “Cry for a Shadow” en 1987, explicando: “En Hamburgo, teníamos que tocar tanto tiempo, que solíamos interpretar ‘Apache’… Pero un día, John y yo estábamos bromeando, él tenía esta nueva y pequeña Rickenbacker con una especie de barra oscilante divertida. Y empezó a tocar con eso, yo simplemente me sumé y todo surgió en el acto”.

Esta colaboración única entre Lennon y Harrison es una joya para los fanáticos, ya que refleja una faceta diferente de la creatividad dentro del grupo. “Cry for a Shadow” no solo es un testimonio de la versatilidad musical de los Beatles, sino también una muestra del espíritu innovador y juguetón que caracterizó sus primeros años.

Curiosamente, esta canción es una de las pocas en la que ningún miembro de los Beatles canta, enfocándose exclusivamente en su destreza instrumental. Este detalle no hace más que resaltar la habilidad y el talento que cada integrante aportaba al conjunto, consolidando aún más su legado en la historia de la música.