El parabrisas de la moto refleja los carteles desteñidos y los semáforos, el traqueteo de las avenidas y ese vértigo inconfundible que ofrecen las calles del conurbano bonaerense a primera hora. Entre el ruido de los motores y el brillo efímero del reconocimiento televisivo, Katia Fenocchio —más conocida como La Tana, exparticipante de Gran Hermano— sigue trabajando de delivery.
No por obligación estricta, ni por las cuentas que siempre piden un poco más, sino arrastrada por una mezcla de costumbre, placer y una extraña fascinación por las pequeñas historias cotidianas.
🛵 “Estoy a las corridas, hoy a la mañana me fui a laburar un poco con la moto porque me gusta. De delivery. Cada tanto le mando”, reveló al llegar a la entrevista pactada en el stream Se Picó, de República Z. Lo dijo casi con pudor, como si ese gusto propio restara valor a sus otros proyectos. Pero hay un matiz casi artesanal en su elección: La Tana graba las reacciones de quienes reciben el pedido, relatos en miniatura que luego se convierten en destellos narrativos para su propio archivo.
🎙 Sentada frente a los micrófonos y acompañada por Guille Barrios, Gastón Trezeguet y Flor Cabrera, la ex GH parecía trasladarse sin esfuerzo de una vereda a otra: de la bocina insistente y el empaquetado de hamburguesas a las luces del estudio, sin despeinarse.
Entre la calle y el stream
La conversación derivó, inevitablemente, hacia su nuevo presente. Además del delivery, Katia trabaja en generar contenido para plataformas para adultos. “Ya hice unas fotos, estoy viendo qué onda. La misma fotógrafa que me hizo unas fotos con la moto”, contó con naturalidad. Lejos de cualquier tono escandaloso, lo planteó como una más de sus exploraciones creativas.
🌆 Pero lo que más la moviliza parece ser ese registro íntimo del afuera: los rostros sorprendidos cuando abre la puerta, las historias breves de los barrios, la conexión fugaz entre ella —con su mochila y su casco— y el cliente desprevenido. “Me gusta grabar las reacciones de la gente cuando les llevo el pedido”, insiste.
Esa cotidianeidad vibrante, casi invisible, se convierte para La Tana en un nuevo formato de relato. Como si en cada entrega hubiera un gesto que vale más que la fama efímera del reality.
En búsqueda de hogar
Katia también contó que está buscando un nuevo lugar para vivir. Por ahora se mueve entre Mataderos y Lomas del Mirador. “Quiero ir a Lomas del Mirador. Es que la dueña necesita el departamento para el hijo y me dijo que me vaya”, compartió con franqueza, sin dramatismo.
🏠 Lo que aflora, entonces, es un recorrido de búsqueda constante: de techo, de sentido, de expresión. La moto, la cámara, la calle y la memoria como herramientas para rearmarse lejos del encierro mediático, cerca de lo real.